Itziar Ziga |
Una amiga trans me contó que aquella jueza, con todo su coño, por un hurto a Inditex, la condenó a pasar unos días en el infierno. Así se lo aclaró: te mando a una cárcel de hombres para que escarmientes. ¡Cuánta maldad!
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Judith Butler |
Partí de una especulación sobre si la política feminista podría funcionar sin un «sujeto» en la categoría de las mujeres. No está en juego saber si todavía tiene sentido, estratégico o de transición, aludir a las mujeres para afirmar que se las está representando. El «nosotros» feminista es siempre y exclusivamente una construcción fantasmática, que tiene sus objetivos, pero que rechaza la complejidad interna y la imprecisión del término, y se crea sólo a través de la exclusión de alguna parte del grupo al que al mismo tiempo intenta representar. No obstante, la posición endeble o fantasmática del «nosotros» no es motivo de desesperación, por lo menos, no es el único motivo de desesperación. La inestabilidad radical de la categoría cuestiona las limitaciones fundacionales sobre las teorías políticas feministas y da lugar a otras configuraciones, no sólo de géneros y cuerpos, sino de la política en sí.
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Paul B. Preciado |
El ser humano (generalmente masculino) siempre ha opuesto resistencia a sentirse una contingencia entre el conjunto de realidades que le rodean. La búsqueda de seguridad y su sentido de autoconciencia le han llevado a lo largo del tiempo a delimitar los espacios sobre los que ha podido ejercer su dominio, organizarlos y expandirlos, a medida que aumentaba su número y su capacidad para explotar recursos. Visto desde la perspectiva de un presente en el que el capitalismo lo ha devastado todo, pero que al mismo tiempo ha creado el sistema de espejismos necesario para hacernos creer todo lo contrario, la historia del género humano podría verse como un progreso constante basado en mejoras tecnológicas y científicas cada vez más impactantes a fin de lograr la satisfacción de prácticamente todas nuestras necesidades, además de conseguir, cuando lleguemos al momento de la gran “singularidad”, la victoria sobre la muerte misma.
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Valentina Trujillo Rendón |
Introducción
El feminismo y los estudios críticos animales han caminado de la mano hace un par de décadas, por razones que se cruzan en la búsqueda de justicia e igualdad para todos los animales humanos y no humanos. El objetivo de este artículo es presentar una aproximación de definición del transfeminismo antiespecista como movimiento político a partir de la revisión bibliográfica de cada categoría en particular, y establecer un diálogo entre los discursos académicos y las prácticas activistas.
Hablo de nuevo por aquí de La Zowi, esa maravillosa trapera del Albaicín, hija de guitarrista flamenco y poetisa feminista. La excusa es que en youtube vuelven a dejarme ver su videoclip “Bitch Mode”. ¡Cuánto echaba de menos verla zorreando con sus amigas en el descampao, palmeando sus culos sobre el descapotable! Creo que durante un tiempo, y sin yo saberlo ni saber quitarlo, algún ente maligno me aplicó cierto filtro puritano, supongo que por mi bien. Suelen llamarle familiar a esta censura, como si solo existiera la familia heteropatriarcal, como si de una generación a otra solo pudiera trasmitirse la opresión católica, misógina, homófoba, sexófoba, aguafiestas, sometida a un poder que no elegimos. Y que nuestras antepasadas tampoco eligieron, más bien aguantaron.
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Ilustración de Paula Dacal |
Los cuerpos están atravesados por diversas opresiones que se interrelacionan de forma compleja y por eso necesitamos que las luchas también se interrelacionen para dar una respuesta integral a la dominación de los cuerpos.
A ojos del sistema, los cuerpos se convierten en mercancías medibles, que se valoran en base a un modelo de desigualdad impuesta. Este modelo tiene como sujeto privilegiado al hombre cisgénero heterosexual blanco occidental con un cuerpo delgado, sano y funcional al sistema (capaz).
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Alba Pons Rabasa y Eleonora Garosi |
Introducción
En la presente entrada proponemos una lectura crítica y feminista de lo trans, y de las categorías de sexo, género y sexualidad que lo sustentan, basada en un desplazamiento epistemológico fundamental. No nos interesa analizar lo trans en cuanto fenómeno social ahistórico, ni mucho menos reducirlo a categorías identitarias estables como transexual, transgénero y travesti entre otras geopolíticamente situadas. Nuestro propósito es investigar su genealogía, los dispositivos y tecnologías que lo han ido produciendo y reconfigurando en cuanto categoría diagnóstica e identitaria. La versión de lo trans como condición identitaria patológica, frecuentemente denominada transexualidad o transexualismo, se configura como dominante en la mayoría de los contextos occidentales, pero es importante recalcar su polisemia y su multiplicidad localizada.