-Este
libro es un estudio sobre adolescentes en transición situado en el ámbito de
Cataluña que ha sido pionera en la legislación trans ¿creéis que estos datos y
reflexiones pueden ser trasladadas a otros territorios del Estado español?
-Miquel Missé: Este trabajo no busca ser un diagnóstico ni dar respuestas
concretas sino más bien plantear otras preguntas frente al fenómeno de las
transiciones en la adolescencia. Lo que nos interesa es pensar estas
trayectorias, sus acompañamientos y que nos dicen estas experiencias de las
normas de género que experimentan todos los adolescentes. Nuestro punto de
partida es la ciudad de Barcelona y eso implica especificidades que no son
universalizables, por ejemplo en el modelo de acompañamiento, que son específicas
de este contexto. Pero los aprendizajes que podemos hacer de este contexto
situado pueden ser útiles para pensar otros contextos y sobre todo otras
experiencias con el género.
-Noemi Parra: Como indica Miquel, hacemos un análisis muy concreto relacionado
con el circuito de atención a las adolescencias trans en la ciudad de Barcelona
que, precisamente por la trayectoria pionera en este terreno, nos ofrece
algunas pistas para reflexionar sobre el acompañamiento más allá de los
protocolos. Como sabemos, esto no ocurre de la misma manera en todos los
territorios, donde se presentan inequidades al respecto. Pero, efectivamente,
hay una trayectoria que podemos valorar y esto nos da pistas para hacer
acompañamientos significativos para las personas adolescentes y sus familias en
el contexto actual.
-A
grandes rasgos ¿Qué nos dicen los datos sobre las/les/los adolescentes en
transición?
-Miquel Missé: Nos dice que la experiencia de la transición de género se está
transformando, que no es fija y que cada contexto social e histórico le da
nuevas interpretaciones. Y también que debemos prestar atención a lo que estos
adolescentes nos están señalando con estas experiencias de género para
acompañarles lo mejor posible. Las transiciones son el síntoma de un malestar
con la rigidez de las normas de género pero no son la única forma en la que
este malestar se expresa y deberíamos ampliar el foco y poder incorporar a esta
reflexión todas las otras experiencias con el género que los adolescentes
habitan tratando de buscar su lugar en un contexto muy binario y rígido con el
género.
-Planteáis
lo trans como algo no identitario, no esencialista; sino que se debe entender
como una experiencia de género que incluso puede estar en constante
transformación ¿qué quiere decir esto?
-Noemi Parra: Cuando hablamos de la experiencia de género estamos centrando la
atención en cómo nos hacemos sujetos en un contexto que es restrictivo en
cuanto a las normas de género, como decía antes Miquel, pero también teniendo
en cuenta que esas normas nos configuran, y esta no es una experiencia
exclusiva de lo trans. Ahora bien, lo que vemos es que las tensiones de esta
experiencia de género en algunos casos lleva a desplazamientos que pueden dar
lugar a transiciones. En esta generación de adolescentes, además, parece que el
género opera como una caja de resonancia de diferentes malestares sociales y en
el libro nos proponemos escucharlos atentamente.
-¿Podemos
decir que estos adolescentes trans piensan el género de forma más crítica
poniendo en cuestionamiento la masculinidad y la feminidad hegemónica? ¿Los
adolescentes trans nos están enseñando nuevas formas de transición?
-Noemi Parra: es indudable que el cuestionamiento al binarismo de género que
espolea desde hace décadas el feminismo ha contribuido a que se diversifiquen
los significados de lo masculino y femenino en nuestra sociedad, pero también
para algunas personas ha supuesto quitarles el suelo que pisan. En unos casos
esto ha llevado a algunas personas jóvenes, por ejemplo, a reafirmar los
sentidos tradicionales del género, como algunas formas de masculinidad y
feminidad. En cuanto a la diversificación de las expresiones e identidades,
aunque para algunas personas puede tener un sentido político, estamos hablando
de personas adolescentes que buscan un lugar en el mundo, un mundo en el que
impera la incertidumbre y las relaciones sociales se diluyen. Plantear estas
experiencias en términos voluntaristas o, incluso, revolucionarios, no nos
permite ver el peso que eso supone en sus propias experiencias, un peso que,
como explicamos en el libro, a veces puede aplastarlos generando más malestar.
Miquel Missé y Noemi Parra autores del libro Adolescentes en transición
-¿Esta
crítica hacia los modelos de masculinidad y feminidad hegemónicos da como
resultado la eclosión de lo no binario o no tiene por qué ser así la
ecuación?
-Miquel Missé: Muchas veces no se trata de que estos adolescentes están
haciendo una crítica a las normas de género en un sentido político sino más
bien, como decía Noemi, que están experimentado malestares y buscando una
salida. Y en esa búsqueda algunos se mueven hacia posiciones no binarias pero
otros no exactamente. También entre los adolescentes que no transitan, que son
la mayoría, están habiendo muchos movimientos pero como no son tan
espectaculares como las transiciones, no les prestamos atención. En nuestro
trabajo defendemos que esos movimientos son experiencias de género igual de
relevantes, que reflejan malestares, rupturas, colapsos con las normas
tradicionales pero también con los discursos críticos que las cuestionan. Para
acompañarles, debemos comprender bien de que nos están hablando.
-En
este estudio también aparece por primera vez les adolescentes que se encuentran
en el espectro no binario, ¿son los mismos protocolos, el mismo tipo de
acompañamiento etc. que se hacen con estos grupos que con los adolescentes
trans?
-Miquel Missé: En nuestro trabajo planteamos que esta generación de
adolescentes emergen itinerarios de transición que no están siempre movilizados
por la identificación con el género contrario sino más bien por una cierta
desidentificación o malestar con las categorías de género. Aún así dentro de
estas identificaciones hay una enorme diversidad de trayectorias y eso nos
revela que más que estandarizar la experiencia no binaria debemos preguntarnos
por el origen del malestar que se expresa a través de ellas.
-Noemi Parra: En el mismo sentido que plantea Miquel, los acompañamientos
tampoco son estándar y esta es posiblemente una de las reflexiones que se
desprende de nuestro trabajo. Lo común en las experiencias adolescentes es
precisamente que la forma de vivirse como personas trans tiene rasgos de época:
han calado sentidos distintos a los tradicionales en la forma de relacionarse
con el cuerpo, la sexualidad o el género, y necesitamos estar atentas a estos
cambios para acompañar, no dirigir los procesos.
-¿Qué
pasa si un adolescente no quiere ser trans pero tampoco cis? Nos imaginamos a
los niños “amanerados”, “afeminados”, a las niñas que cómo a nosotras nos
llamaron marimachos. ¿Cómo se puede adecuar su experiencia o apoyar para que
puedan vivir su género sin tener que encasillarse en ninguna de estas dos
categorías?
-Miquel Missé: Quizás no podemos contestar a esta pregunta pero sí podemos
plantear que la dicotomía trans/cis también tiene fallas. Las normas de género
son mecanismos muy complejos que estructuran nuestra subjetividad, la
encorsetan y a la vez la ordenan. Por eso es tan difícil elaborar las tensiones
con estas normas y más allá de la lógica trans-cis, la clave es como acompañar
a estos adolescentes a encontrar lugares donde reconocerse.
-Noemi Parra: De fondo se trata de pensar las categorías como posibilidades de
existencia, no como cárceles.
-¿Ante
estos nuevos adolescentes en transición aparecen nuevos conflictos con
protocolos, acompañamientos, adres, etc.?
-Noemi Parra: Una de las hipótesis con las que
trabajamos en el libro es que los procesos de acompañamiento existentes tienen
dificultades para atender la realidad de las transiciones de género en esta
generación de adolescentes. Lo que estamos planteando es que el acompañamiento
es más complejo que la facilitación de demandas. Para esto nos pueden servir
los protocolos, pero para los acompañamientos no. La reflexión que hacemos va
en la dirección de la importancia de contextualizar la demanda y de dar tiempo a
estos procesos para poder elaborarlos mejor y esto implica actuar sin prisa de
conclusiones.