Javier Sáez es
activista marica, traductor y sociólogo. He publicado varios libros sobre
culturas queer, y ha traducido más de 40 libros de autoras feministas y queer.
Su web es www.hartza.com
Acaba de publicar su libro Biopolítica del armario, en Bellaterra.
-Eduardo Nabal: Hola
Javi. He leído con deleite por su amenidad y riqueza “Biopolítica del armario”.
Digo riqueza porque expones muchos tipos de armarios, una gama de lo más
diversa. El armario de las mujeres lesbianas, el de la raza, el de la
diversidad funcional, el armario de la Iglesia, el armario del Sida... cada uno
con sus peculiaridades. ¿Crees que desde una perspectiva interseccional pueden
abarcarse las distintas formas de silenciamiento?
-Eduardo Nabal: Como bien explicas en el libro, han sido las teóricas feministas las primeras que han abordado el tema de la invisibilidad y la gestión del silencio . ¿Crees que las siglas LGTB-Q son un paraguas algo arbitrario para definir distintos tipos de opresiones?
-Javier Sáez: El problema con las siglas LGTBI es que anulan las diferencias entre cada una de esas letras, es decir la experiencia de las lesbianas es totalmente diferente a la de los gais, que tenemos muchos privilegios por ser varones en un contexto patriarcal como el actual; las vivencias trans también son muy diferentes o las bisexuales o las intersexuales. Entonces esta sopa de letras crea una especie de ilusión de unidad, como si todos y todas viviéramos la represión o la presión de igual forma o incluso los armarios de igual forma; por ejemplo hay capítulos sobre el armario lesbiano o el armario trans donde se ve perfectamente esas diferencias: desde lo fantasmal o espectral en lo lesbiano, hasta los problemas del passing que son muy específicos de la cultura trans y que son muy complejos. Por todo ello hay un cuestionamiento de esas siglas LGTBI a lo largo del libro.
-Eduardo Nabal: ¿Cuáles son las formas de supervivencia para las personas trans que habiendo salido del armario se encuentran con la discriminación laboral, diferentes formas de violencia, el ataque de un sector del feminismo...?
-Javier Sáez: Creo que
esta pregunta tendrían que responderla las personas trans pero es cierto que en
el libro abordo el tema del armario trans como una forma de supervivencia en un
entorno enormemente transfóbico y más en los últimos años con la reacción TERF
que se parece mucho a discursos de la ultraderecha, que niegan la realidad
trans, sobre todo de las mujeres trans. Por eso creo que lo que llaman los
armarios trans o el fenómeno del passing debe ser estudiado con cuidado para
ver la necesidad de sobrevivir, aunque también se ha estudiado que ese tipo de
armarios pueden dar lugar a nuevas formas de alianzas y nuevas formas de
negociación dentro del propio armario entre las personas que viven en él; es
decir que puede ser un lugar también productivo o estratégico, como ha
planteado C. Riley Snorton.
-E. N: Durante el franquismo observas que en las clases altas la represión es mucho menor. ¿Crees que todavía el coste de salir del armario está condicionado por el status y las posibilidades económicas?
-Javier Sáez: Sí, sin duda el componente de clase social es clave a la
hora de salir del armario o incluso a la hora de vivir dentro de él. Esto lo
vemos en muchos países donde la gente adinerada gay o lesbiana puede vivir muy
bien su sexualidad protegida por sus privilegios, por lugares exclusivos donde
no va a tener problemas o por entornos de muy difícil acceso a los que se
accede con dinero. Esto explica que muchas personas de derechas, sobre todo
hombres gais, pueden vivir esa contradicción, es decir, su privilegio de clase
es más importante que su sexualidad y no tienen problema en oprimir a la propia
comunidad LGTB mientras vivan en sus palacios de cristal. Por eso vemos que hay
gente de derechas o de extrema derecha que es gay porque lo más importante es
su privilegio como persona rica, incluso fuera del armario.
-E.N:Hablemos ahora de
las conquistas. A pesar de su invisibilidad y doble discriminación ¿Qué espacio
han conseguido las activistas gitanas lesbianas en estos últimos años? Citas a
Vera Kurtic y otras pioneras en romper el silencio.
-Javier Sáez: El pueblo
gitano ha cambiado mucho en las últimas décadas y además es muy diverso. Es un
pueblo que ha padecido una terrible discriminación que sigue hoy en día, lo que
se conoce como antigitanismo; si a esto le añades el problema del machismo que
afecta a todas la sociedad y la LGTBfobia que también afecta a toda la sociedad
-también a las personas gitanas- la situación por ejemplo de las lesbianas
gitanas era muy complicada. No obstante desde hace unos años se han organizado
diversas redes, foros, publicaciones, donde las lesbianas gitanas tienen voz y
hacen política. En España contamos con mujeres como Sandra Carmona o Noelia
Heredia la Negri o Alba Flores, que también dieron apoyo al libro de Vera
Kurtic (La existencia lesbiana de las
mujeres romaníes, Ed. Altramuz) cuando lo publicaron en España. Por ejemplo
el 26 de abril Día de la visibilidad lesbiana habrá la primera fiesta de
lesbianas gitanas en Madrid, en Fulanita de Tal; creo que las mujeres lesbianas
gitanas ya tienen sus formas de organización y de activismo, no necesitan
ninguno payo salvador que hable por ellas como el caso de la película Carmen y Lola que era una película muy
paternalista y llena de estereotipos. Por eso creo que hay que escucharlas y
leerlas, el libro de Vera Kurtic es un ejemplo.
-E.N: También observamos una diferencia generacional. Aquí hay que señalar los armarios del franquismo y la mirada de las nuevas generaciones. No obstante encontramos puntos en común como el bullying homofóbico y el (sex)ilio a las grandes ciudades. ¿Cuales son las políticas que podrían mejorar esta situación y no se están haciendo?
-Javier Sáez: Para
mejorar esta situación que mencionas debería haber políticas mucho más
profundas de cuestionamiento del sistema cis y del sistema hetero dominante, es
decir no se habla claramente en las escuelas de una educación integral en
diversidad sexual, no se habla de los derechos humanos ni de que el bullying es
una forma violenta y terrible para las criaturas, que precisamente hace que
muchas acaben en el armario. Aunque siempre se dice que la educación es muy
importante al final hay una política muy cobarde en los ministerios de
educación desde hace muchos años no solo del PP también el PSOE, que no se ha
atrevido nunca en implantar una educación sexual integral, que en el fondo es
un derecho humano como ya ha dicho la Comisaría de Derechos Humanos del Consejo
de Europa[1]. No hay
apenas formaciones en los institutos ni en los colegios sobre feminismo,
homofobia, transfobia, diversidad… no se cuestiona las heterosexualidad como
régimen que es el verdadero problema. La Iglesia Católica sigue teniendo mucho
más poder de lo que pensamos porque gran parte del sistema educativo concertado
y privado está en sus manos, eso sigue siendo un lastre enorme para cambiar las
cosas.
Tampoco se apoya la creación de espacios LGTB
activistas, culturales, asociaciones… en muchas ciudades de España no hay ni un
solo bar LGBT ni ninguna asociación, esto hace que sea muy difícil para estos
jóvenes reunirse y eso provoca el sexilio; lxs jóvenes se van de las ciudades
medianas y de los pueblos. Por eso intento plantear en el libro el armario más
como un régimen político o una tecnología de género, no es solo un problema
individual.