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ALIANZAS QUEER-CRIP Y ASISTENCIA SEXUAL por MON GARCÍA


Mon García. Autora de La rebelión de las Monstruas


Mon García: pedagoga, educadora social y asistenta sexual, no sabe en qué orden. Colabora en el proyecto de Antonio Centeno "Tus manos, mis manos" como responsable de comunicación y ha creado la primera formación en "Diversidades y Asistencia Sexual" junto a Álexa Castillo. Escritora del libro "La Resurrección de las Monstruas. Asistencia Sexual, entre deseos y placeres" publicado por Editorial Imperdible y de diferentes artículos en España y México. Transfeminista y Prosex.

Quiero empezar realizando un ejercicio individual pero también colectivo. Pensemos ¿cuál fue el primer contacto que tuvieron con una persona con diversidad funcional (DF)? ¿Cuál era el lugar que ocupaba? Pensemos por un momento en ese recuerdo y en como legitimamos la normalidad y aquello que queda fuera de ello. Pensemos también ¿qué entendemos por sexualidad y cómo relacionamos el erotismo y la sexualidad con la discapacidad? 

Hay personas que no son pensadas y que cuando se piensan, se hace desde lo patológico, desde el problema a solucionar o a mejorar para pertenecer a esa normalidad. De hecho, existe un control biopolítico a muchos niveles, pero específicamente a nivel sexual con el que es necesario romper o al menos, empezar a cuestionar de manera urgente.

Por lo tanto, es importante que seamos conscientes de que el deseo esta marcado por esta mirada y si consideramos que el deseo se construye y por ende, se aprende, debemos potenciar más referentes donde personas con DF se encuentren en la categoría de cuerpo deseable y cuerpo deseante.

Brigitte Vasallo comenta que hay algunas cosas que son interesantes (a nivel intelectual), otras que son importantes y otras que son urgentes. Pues bien, debemos empezar a replantearnos en qué momento estamos, como nos organizamos y que estrategias vamos a llevar a cabo para dar respuesta a aquello importante, pero sobre todo aquello urgente

Durante algunas de mis charlas siempre comento que lo personal es político, como dijo Millet, porque no existen problemas individuales, personales, sino que estos son colectivos y que, por lo tanto, debemos crear acciones en colectividad. Y para ello, es importante que el activismo que realicemos sea desde la trinchera y en comunidad, bajar a la tierra, ensuciarse las manos: “activismo sucio” de que diría Vasallo. Por lo tanto, es importante que las minorías nos juntemos porque sirve de poco que las luchas sean individuales, las maricas y las bolleras por un lado, las discas por otro, las putas por otro, las seropositivas por otro, las trans por otro... ¿Qué estamos haciendo? Tenemos que crear alianzas e ir todas a una.

La sexualidad de las personas con DF ha sido invisibilizada y silenciada durante muchos años de historia ya que los mitos, estereotipos y tabúes han hecho que ciertas creencias se insertaran en el imaginario social. En ocasiones, se ha incluso  tildado a las personas con DF como seres asexuados (esos angelitos sin deseos sexuales) o hipersexualizados (con una sexualidad incontrolada) y también se les ha infantilizado (esas criaturas eternas). Además, se les ha visto como seres sin deseo y como personas no deseables (ni de forma afectivo-sexual ni a nivel reproductivo y familiar). Todo ello, tiene como consecuencias unas violencias que se reproducen constantemente y que es urgente empezar a visibilizar y a buscar soluciones que pongan fin a estas.

Por lo tanto, debemos ir creando estrategias concretas, porque dominamos el terreno teórico, pero falta acercarlo a lo terrenal y empezar a replantearnos ciertas cuestiones para entender y vivir la sexualidad poniendo en el centro el cuerpo, el deseo y el placer.

Esas alianzas entre lo Queer y lo Crip o esa hermandad entre lo tullido y lo transfeminista, significa crear espacios de resistencia disidente en cuestiones de género y corporalidad. Ambos colectivos tienen un pasado en común donde el estigma y el rechazo han marcado un precedente debido a que no encajaban con la norma social y corporal. Y donde había insulto ahora hay reapropiación de este y orgullo.

Antes de entrar en el meollo del tema, voy a conceptualizar de manera breve que es eso de Queer y de Crip. Para empezar, el movimiento Queer es un campo de la teoría critica que surge en los años 90, donde se comienzan a cuestionar aquellas visiones esencialistas y estáticas que se tenía sobre el sexo, el género y la orientación sexual. A partir de ese momento, empiezan a proponerse otras miradas sobre la sexualidad en la que se considera que esta, es una construcción sociocultural y puede ser fluida y plural. Además, empiezan a cuestionarse el binarismo de género y sus categorías, así como el lenguaje que se emplea a la hora de nombrar.

Y la teoría Crip, que también surge en el contexto de EEUU, empieza a generar un marco en el que se cuestionan aquellos cuerpos normativos y muchos otros que se escapan de la norma y que tienden a ser discriminados socialmente. Cuerpos donde hay presencia de fluidos, olores, llagas, amputaciones, arrugas, cicatrices... Pero la teoría Crip, también es un movimiento donde están desarticulando discursos capacitistas.

McRuer, en este sentido, denuncia la supuesta neutralidad de la capacidad (esos cuerpos capaces),en el sentido de que no tener discapacidad se concibe como el estado natural del ser. Por esta razón existe lo que el autor llama “capacidad obligatoria”, concepto inspirado en las aportaciones originarias de Adrienne Rich sobre “la heterosexualidad obligatoria” y que señala la heterosexualidad como sistema.

Ambos colectivos se reapropian del insulto haciendo orgullo de él (en el caso de Queer la traducción al castellano sería como raro y la de Crip como tullide, disca, lisiade...).

Y, por lo tanto, ¿de dónde surgen estas alianzas entre ambos colectivos? Pues de las múltiples discriminaciones, precariedades y violencias sufridas en el pasado y en el presente, tanto de forma médica, rehabilitadora, terapéutica (recordemos que la homosexualidad y la transexualidad hasta hace bien poco que no se sacaron del manual de psiquiatría DSM, aunque sigue estando presente el diagnóstico de “disforia de género”).

Por ende, ambos grupos han estado patologizados y se han visto como cuerpos enfermos. Por ejemplo, en el caso de los gais y su relación con el VIH o de las personas trans y su relación entre la transición y lo médico, usando hormonas y operaciones quirúrgicas.

También han sido colectivos que han trazado alianzas con otras minorías. Por ejemplo, si habéis visto el documental de Crip Camp (se encuentra en Netflix y desde aquí os lo recomiendo), el colectivo con DF fue altamente apoyado por la comunidad negra, en cuestión de reivindicación de derechos relacionados con la autonomía.

De hecho, en EEUU lo Queer y la discapacidad tienen una historia bastante articulada. Jasbir K Puaren su obra (1) comenta que “tener una discapacidad se entendía como ser queer en cierto modo, y ser queer se entendía como un déficit, de hecho, un déficit médico”.

Y es que, dentro del control biopolítico de producción y reproducción de cuerpos políticos, implican necesariamente convergencias de género, sexualidad, raza, nacionalismo y capacidad y discapacidad corporal. Es decir, existe cierta construcción nacional de los cuerpos donde se entrelazan el capacitismo y la reproducción hetero y cis.

Por lo tanto, podríamos pensar que dentro de lo Queer hay Queers buenos y malos para el sistema: los buenos serían aquellos que reproducen esas normas y protocolos sociales normativos, por medio de -no a pesar de- la identidad homosexual. Y aquellas personas queers no valoradas serian aquellas que no participan de manera activa en construir una vinculación social normativa (por ejemplo: estaríamos hablando de comprar una casa, un coche, casarse, tener hijes y construir ese modelo familiar y relacional estandarizado en el sistema hetero y núcleo de múltiples violencias). Elles no son bienvenides y tú, ¿eres une buene queer?

Pasaría lo mismo con las buenas y las malas discas, las buenas son aquellas que no ponen trabas en el sistema, asienten y callan, y las malas discas serian aquellas que están empezando a levantar la voz y a organizarse para desarticular el sistema capacitista. ¿Y tú eres une buene tullide?

No hay buenas y malas, pero sí que aquellas personas que nos organizamos políticamente y empezamos a visibilizar y a reivindicar unos derechos, no solemos gustar en según qué contextos (prácticamente en ninguno).

Recordemos también los Freaks Shows donde compartían espacios toda persona considerada como exótica o monstruosa. Entre ellas, se encontraban personas: enanas, hermafroditas, mujeres barbudas, deformes... “todas ellas compartian jaula y jornal” (2) como escribe Andrea García Santesmases. Y es que en todo este proceso político considero que es esencial hacer uso de esta memoria colectiva y pasar de lo individual a lo comunitario.

¿Por qué? Porque considero importante resaltar que lo personal es político y por ende, los problemas no son individuales, no son personales, sino que son colectivos y por lo tanto, hay que empezar a accionar en colectividad. De hecho, Preciado ya lo mencionada cuando comentaba que habia que crear “alianzas somatopolíticas de sífiliticos, tuberculosos, prostitutas...” (3)

De hecho, la RAE define al monstruo como “ser que presenta anomalias o desviaciones notables respecto a su especie. Y no cito a la RAE porque considere que sea poseedora de la verdad, sino como aparato político de control y reproducción de ciertas normas sociales.

De hecho, los cuerpos concebidos como monstruosos, producen un efecto de parálisis sobre aquellos que los miran. Es decir, por no poder mirar y no poder dejar de mirar como en el mito clásico griego de Medusa.

Por lo tanto, es importante que seamos conscientes de como la intervención de los aparatos sociales influyen en nuestra capacidad de mirar esos cuerpos o identidades diversas. Esos cuerpos monstruosos, muchas veces leídos como patológicos y enfermos.

Y todo ello, analizándolo desde una perspectiva interseccional donde no hay un solo factor de exclusión sino que hay diferentes ejes que se superponen unos con otros y que pueden generar dinámicas de discriminación por diferentes razones: edad, identidad de género u orientación sexual, origen, diversidad funcional, clase social, entre otras.

Por ello, aquí toman tanta fuerza todas aquellas acciones encaminadas a deconstruir y proponer nuevas miradas. Por ejemplo, en la erotización de lo monstruoso (crip), en la creación y cuidado de las alianzas transtullidas, en las aperturas que vayan más allá del falocentrismo o genitalocentrismo. Todo ello, para cuestionar la hegemonía de ciertos cuerpos y ciertas prácticas.

Por lo tanto, como hemos podido ir viendo, ambos colectivos no solo comparten la reapropiación del insulto como acto de empoderamiento político sino también muchos otros contextos similares. Y si nos interesa el tema y queremos profundizar en estas alianzas, en el contexto español, podemos acercarnos al colectivo Post-Op, al documental de Yes, we fuck o a los talleres que hace Patricia Carmona.

                                                   

La resurrección de la Monstruas. Imperdible Editorial

La Resurrección de las Monstruas. Imperdible Editorial 


Y, ahora bien ¿cómo se entrecruza todo lo anterior con la Asistencia Sexual? Primero de todo, quiero comentar que la AS es un acompañamiento sexual a algunas personas con DF que necesiten o requieran de ese servicio para poder acceder a su cuerpo y disfrutar de su autoerótica, ya que no todas las personas con DF requieren de este acompañamiento.

Por lo tanto, la AS la entendemos desde un punto de vista instrumental, alejándonos de prácticas médicas, terapéuticas y rehabilitadoras, ya que muchas veces, cuando hablamos de discapacidad la asociamos a problema. Y justamente, nos queremos alejar de todo ello, proponiéndolo como una práctica instrumental y que tiene de base la promoción de los derechos sexuales de acceso al propio cuerpo y al de la pareja (u otras personas con las que se quiera tener un encuentro sexual).

Considero que la AS es un ámbito donde el cuerpo y el placer se ponen en el centro y en todo ello, hay una intención política: transformación de imaginarios sexuales, acceso al propio cuerpo como derecho sexual desestigmatizar el trabajo sexual, entre otras.

En cuestión a mi experiencia con la AS, en diferentes contextos, las alianzas que se crean entre lo Queer y lo Crip son muy particulares. Por ejemplo, en el taller que hice sobre AS con Patricia Carmona (proyecto “El teu cos, el teu camp de plaer”), todas o prácticamente todas las personas participantes provenían de estos dos mundos.

Por otro lado, si analizamos los perfiles que se pueden ver en las personas que ofertan AS, en la ciudad de Barcelona, desde la web www.asistenciasexual.org (que pertenece al proyecto de Antonio Centeno, “Tus manos, mis manos”), muchas de ellas son Queer, identificándose como personas trans o no binarias y ofreciendo acompañamientos con clara orientación homosexual, en algunos casos.

De hecho, podemos empezar a ver personas con DF, pero con movilidad que se anuncian como AS o personas a las que acompañamos que no solo pertenecen al colectivo disca sino que también al queer, identificándose como personas trans o no binarias o con una orientación sexual diferente a la heterosexual. Este también me parece un punto interesante a mencionar porque tendemos a pensar que las personas con DF no viven su sexualidad y encima las encerramos a todas en el closet, ya sean cis y heteros.

Y es que realmente, creo que la reescritura de los cuerpos se realiza cambiando el imaginario sexual y dotándolo de nuevos significados, no solo desde lo simbólico sino desde otras aperturas que nos permitan habitar los cuerpos viviéndolos, padeciéndolos (a veces) y gozándolos (en otras)


1. Puar, Jasbir K. (2017) El derecho a mutilar. Debilidad, capacidad, discapacidad. Bellaterra: Manresa.

2. Garcia Santesmases, Andrea (2016) Yes, we Fuck! El Grito de la Alianza Queer-Crip, Revista

Latino-americana de Geografia e Gênero, Ponta Grossa, v. 7, n. 2, p. 226 – 242.

3. de la conferencia de Paul Preciado ¿La muerte de la clínica? Para más información, se puede

consultar: https://www.youtube.com/watch?v=4aRrZZbFmBs