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domingo

Entrevista a Guerrilla Girls

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Aprovechando su paso por Madrid, hemos tenido la oportunidad de hablar con lasGuerrilla Girls. Este colectivo nace en Nueva York en 1985 como respuesta a la actitud sexista del MoMA, donde las mujeres apenas estaban representadas… como autoras. Nos reciben en la sala de exposiciones de Matadero, donde inauguraban su exposición el viernes 30 de febrero por la tarde. Más allá de sus llamativas máscaras, es su fuerza y desparpajo lo que nos hechiza desde el primer minuto. Parece que después de 30 años, las ganas de luchar no han desaparecido de estas peculiares artistas.
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Desde vuestros inicios en 1985 se ha producido un importante cambio generacional en las artes y el feminismo. ¿Cómo de grande ha sido este cambio para las mujeres?
Han mejorado en los primeros años. Actualmente es inviable una exposición que no cuente con el trabajo de mujeres artistas o minorías étnicas, ya que si lo hicieran serían duramente criticados. Aún así, por mucho que hayamos avanzado, queda aún un largo para conseguir romper ese techo de cristal. Por ejemplo, muchas galerías y museos piensan que por incluir a una o dos artistas ya están cumpliendo como instituciones.
Lamentablemente, el trabajo de las mujeres y de las minorías étnicas sigue sin estar igual de valorado que el de ellos. Esta desigualdad económica inicial se agrava a largo plazo, ya que cuentan con un presupuesto muy limitado para invertir y crecer como artistas. Algunas mujeres han logrado ser oídas, pero la gran mayoría sigue en la sombra. Y eso es algo que se puede palpar con sólo ir a una galería de arte. En el caso de las artistas más jóvenes, esto es especialmente hiriente. Cuando eres adolescente, quieres saber cuáles son tus posibilidades, y que de entrada se te cierren todas las puertas es algo muy duro. Así que aún nos queda un largo camino por delante.
Más allá del terreno artístico, en España veíamos como nuestra libertad amenazaba con ser cortada con ese proyecto sobre la ley del aborto. ¿Estamos experimentando una vuelta al pasado en materia de género?
Lo cierto es que en Estados Unidos el peso de la derecha en temas como el aborto es todavía más fuerte que en España. En esta batalla constante es muy difícil saber qué va a pasar. Su continuo trabajo para obstruir la justicia hace que la lucha sea cada vez más necesaria, pero insuficente.
Respecto al feminismo, la situación social, tanto en Estados Unidos como en España, es muy positiva y debemos aprovecharla. Mucha gente que no simpatizaba con el movimiento antes finalmente lo están defendiendo. Quienes siempre apoyaron ideas feministas (como igualdad de derechos, la igualdad salarial o la lucha contra el acoso sexual, etc.) parece que finalmente reconocen y aceptan este término. Hablar de feminismo es hablar de uno de los movimientos sociales más importantes de nuestro tiempo y necesita que sea reconocido como tal. Es obvio que se ha conseguido un gran trabajo, pero necesita todavía más apoyo para derribar las barreras que persisten hoy en día.
Hablar de igualdad de género parece no traer tantos problemas como el concepto de “feminismo”. ¿Por qué esta resistencia tan generalizada a veces para aceptar el término?
En nuestra sociedad, tendríamos por un lado el sistema y por otro la cultura. Mientras que la cultura se posiciona cada vez más a favor de los derechos de las mujeres, el sistema se muestra reacio al cambio. Cuando hablamos de sistema nos estamos refiriendo a “esos hombres blancos” que dirigen las empresas y galerías, quienes tienen todavía el poder. Son ellos los que nos están impidiendo avanzar, ahogando cada intento de dar un paso adelante. La clave está en que su poder les permite comprar el miedo de la gente. En cierto punto, son ellos quienes aconsejan a las mujeres para alejarse del feminismo y seguir las pautas del sistema.
Pero si logras ir más allá y plantearte “¿acaso no merecen las mujeres la misma educación, las mismas oportunidades y el mismo salario que los hombres? ¿no deberían poder sentirse libres sin la amenaza de ser explotadas sexualmente?” quiere decir que, aunque no lo sepas o no lo quieras admitir, ya estás a favor del feminismo. Por eso nuestra labor es luchar para que la sociedad se mentalice de que el fin último del feminsimo es la igualdad entre hombres y mujeres. En este sentido, hubo un tiempo en el que las mujeres que se dedicaban al arte no se definían como feministas por miedo a que ello pudiese afectar a su carrera. Afortunadamente, cada vez son más las artistas que se reconocen como feministas y se sienten orgullosas de ello. Y las que no lo hacen se arrepentirán en el futuro por cómo serán recordadas. Para entonces, rechazar el feminsimo será como rechazar el matrimonio homosexual, algo absurdo que no tendrá cabida en la sociedad.
Uno de los temas que preocupa a Guerrilla Girls es la corrupción en las artes. Asumiendo que esta mercantilización artística se da en un contexto eminentemente masculino, ¿podríamos hablar, por extensión, de la mercantilización del cuerpo femenino?
Ahora mismo, el sistema del arte es, sencillamente, terrible. El arte es más caro que nunca. El mundo del arte y los museos, así como los artistas por extensión, están controlados por pequeños grupos de coleccionistas extremadamente ricos, y su gusto está determinando lo que se ve en las galerías y museos. Ahí radica el gran problema al que nos enfrentamos. El cuerpo de la mujer, que ha sido mercantilizado por todo tipo de arte desde hace siglos, lo sigue siendo ahora en las diferentes áreas de la industria cultural. En la música, por ejemplo, la situación es verdaderamente sangrante. Acabar con este sistema de representación sería el gran reto del feminismo. Es hora de que las mujeres tomen conciencia y comiencen a actuar individualmente contra este tipo de prácticas, nosotras no podemos hacerlo solas.
En este sentido, sería interesante plantearse cómo el desnudo está vinculado a la mirada masculina. Nosotras no nos oponemos al desnudo como tal, sino a cómo éste ha sido utilizado para objetualizar a la mujer en términos de la mirada masculina.
¿Cómo criticar el sistema del arte desde dentro, cuando somos artistas o comisarias?
Tienes que hacerte oír. Ir a los lavabos de galerías y museos y escribir mensajes de protesta, ir a las librerías de los museos y dejar mensajes en los libros, etc. Hay infinidad de acciones que puedes hacer. Sobre todo, hay que quejarse. Eso es lo que nosotras llevamos haciendo durante treinta años, y podemos asegurar que funciona.
Es más, deberíamos cuestionar el valor de las galerías de arte y museos como una expresión del éxito que representa el sistema. Porque existen otras vías para darse a conocer. Nosotras no estamos en galerías y sólo ahora estamos siendo consideradas por los museos. Hemos inventado nuestra propia estrategia de comunicación. Hemos conseguido que haya muchísima gente interesada por lo que hacemos y no sólo unos pocos comisarios o coleccionistas.
¿Es responsable la espectadora de una galería o de un museo de lo que está viendo?
Por supuesto. En España tenéis las Leyes de Igualdad gracias al trabajo de toda la sociedad. Y es ésta la única responsable, la única que de verdad puede defender la presencia de las mujeres en el mundo del arte. Justo ayer fuimos a visitar el Prado, y nos llamó la atención que, de las cuatro obras realizadas por mujeres, sólo dos se mostraban en las salas. Este es un hecho bastante repetido en los museos. En casi todos tenemos obras producidas por mujeres que permanecen escondidas en los sótanos. Pues bien, exijamos que esas obras salgan a la luz, para que puedan ser vistas por todos. Evitemos que el trabajo de grandes artistas sea olvidado, simplemente por ser mujeres. ¡Sacadlos de la oscuridad y ponedlo en los muros!. Esa es la clave. Así que, visitantes de El Prado, presionar a la administración para que saquen esas obras de los sótanos y los muestren en las salas. Lo mismo con El Reina Sofía: ¿dónde está la Ley por la Igualdad? ¿está en contra o a favor de ella? ¿cuál es su posición? Porque no hemos visto un gran labor del Reina Sofía por la Igualdad dentro de las salas. El caso es que este tipo de acciones no se pueden llevar en solitario, necesitamos hacer presión entre todos para que nuestra voz llegue a oídos de comisarios y directores. Desde luego, poco se va a conseguir permaneciendo quietecitas y siendo buenas chicas.
En repetidas ocasiones, los comisarios afirman que lo que les interesa de una obra de arte no es si la ha hecho un hombre o una mujer, sino su calidad. Pese a ello, la mayoría de las artistas permanecen en las sombras. ¿Por qué?
Es innegable que esto es discriminación, pero la clave está en que la mayoría de las veces se hace inconscientemente. Si, con todo el trabajo producido por las mujeres, sólo una parte de éste ve la luz, es obvio que está habiendo discriminación por parte de quienes seleccionan esas obras. Por mucho que ellos lo nieguen, está claro que su selección se ha hecho por criterios sexistas. Así que, cuando nos dicen que seleccionan sus obras en base a criterios puramente objetivos, les decimos “¿seguro cariño? ¡oh, olvídalo…!”… ¡Qué no nos engañen!.
Creemos que también los valores con los que se mira el arte están notablemente influenciados por el patriarcado. Quienes compran los cuadros, esos millonarios de las altas esferas, no van a aceptar ningún tipo de arte que no responda a sus valores clasistas. Puede que esa sea otra de las razones por el que el trabajo de tantas está excluido del sistema del arte. Lo irónico de todo esto es que parecen interesarse más por el arte africano o sudamericano que por el que producen las mujeres. Es algo que debería estudiarse, verdaderamente curioso.
Y si no quieren mostrar a las mujeres…¡qué cambien el nombre a las exposiciones!. Ya sabes, “El arte del hombre blanco a través de la historia” o “Los hombres blancos en el Reina Sofía, año 2015”, tendrían más sentido.

Ya en la despedida, les preguntamos acerca de los carteles de Guerrilla Girls que hemos podido ver en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, donde prácticamente no vemos obras de mujeres. Con una pícara sonrisa, nos dicen “¿en serio? ¡tomaremos cartas en el asunto! Necesitan que les enviemos un pequeño mensajito de nuestra parte. Pero aún así, necesitamos ayuda. ¡Que vayan las mujeres a protestar a los baños, con lemas como ¿porqué sólo las Guerrilla Girls?’ ¡LasGuerrilla Girls, son geniales, pero no suficientes!”.

Traducción de Ana Quiroga

La exposición de Guerrilla Girls en Matadero Madrid permanecerá hasta el 26 de abril (de martes a viernes, de 16 a 21 h. Sábados y domingos de 11 a 21 h). Entrada libre.

GG I Decide

GG Velazquez


GG MOMA

Entrevista realizada por Ana Quiroga. Compartida de Arteyculturavisual

sábado

LAS GUERRILLA GIRLS CONTRA ARCO. Sobre la exposición de las Guerrilla Girls en Matadero (primer asalto)

PREÁMBULO. EL VILLANO: ARCO ERES UN FUCKER.

Enero es el mes en que las grandes instituciones cambian sus exposiciones y en el que todas esperamos con un bostezo de excitación cuál será la próxima gran retrospectiva de un Gran Genio Masculino, desde el Paleolítico Medio hasta finales de los 80, que provoque las usuales colas de parados, turistas y clases pasivas que acuden a los museos. Madrid, que a principios de año parece que lleve un siglo dormida, sólo será despertada ritualmente por el beso baboso de ese amante machista y con su puntito de chico malo que es ARCO. Porque con su modernidad superficial, su barbita de dos días, su griterío de inauguraciones y sus autobuses llenos de estudiantes, podríamos decir sin temor a equivocarnos que ARCO es un fucker. Un tío que marca los tiempos y los espacios: “El lugar de las mujeres no está en las galerías” parece decir la cita anual del arte español a tenor de su raquítica participación femenina que le iguala a EXPOCECOFERSA, la feria de la ferretería y suministros industriales y que tiene su propia mascota, la Ardilla Cecofersa. ARCO desgraciadamente no tiene ninguna mascota, pero como cualquier otra cita comercial está llena de datos y previsiones. Hagamos las nuestras: 
Un autobús sale de la facultad de BB.AA. de Cuenca hacia Madrid a 100 kilómetros por hora con un 65% de mujeres artistas dentro de él. Si la distancia que separa a las dos ciudades es de 169 km por carretera, ¿cuántas de esas mujeres podrán exponer en ARCO?
Solución: un 4,4% de ellas.
Según un estudio de MAV (Mujeres en las Artes Visuales) para su informe de ARCO 2013, tan sólo un 4,4% de las obras expuestas en ARCO ese año era de mujeres artistas españolas cuando el alumnado femenino de BB.AA. era de un 65%. A esto habría que sumar un 18,4% de artistas extranjeras, siendo el resto, un aplastante 77,2%  esa curiosa combinación de rabos y egos que llevamos llamando desde Vasari “hombres artistas”.
 ¡Oh yeah, ARCO!... eres un verdadero fucker y mereces que vayamos a cantar a tu puerta: “Hey, hey, ho, ho, white male culture has got to go!"

EPISODIO 1. LOS ORÍGENES DE LAS SUPERHEROÍNAS: ¡¡LAS MUJERES MONAS AL RESCATE!!

Ese 4,4% de participación femenina española en ARCO nos retrotraía a los niveles de 1982, demostrando que La Masculina Mano Invisible del Mercado seguía dispuesta a asfixiar la carrera de muchas artistas. Eh, pero esperad, ¿¡2015 va a ser diferente!? ¿¡Qué son esas sombras sobre el Matadero de Madrid!?... ¡¡Es la silueta de unas monas y un gran pelucón!! ¡¡LAS GUERRILLA GIRLS AL RESCATE EN SU EXPO DEL MATADERO!!
Las Guerrilla Girls son un grupo de superheroínas del arte que nacerán precisamente al horror de la década de los 80. Nacerán además como respuesta a la reacción que se vivió en un mundo del arte ciego de cocaína y éxito y que deseaba volver al arte objetual con el que se podía especular para abandonar por siempre jamás los experimentos perfomance, comunitarios y feministas de los 70. En aquella época triunfaban Julian Schnabel, Ronald Reagan, Francesco Clemente, Margaret Thatcher y la apropiación cultural del graffiti. Mientras a Basquiat le cambiaban cuadros por heroína, Andy Warhol, el fascista de plástico, aburrido y tiroteado serigrafiaba dinero. Las grandes galerías de Nueva York seguían exponiendo tan sólo un 10% de arte femenino y se iniciaba un ataque mediático contra el feminismo lleno de lugares comunes que fue recogido por Susan Faludi en su libro Backlash y que se resumía en una broma de telediario: “¿Sabía usted que es más probable para una mujer de 40 años morir víctima de un atentado que encontrar pareja?”.
Eran malos tiempos para tener conciencia (de cualquier tipo) pero hubo un grupo de mujeres artistas que se calzaron las máscaras y los taconazos y fueron capaces de preguntarse: ¿sabía usted que es más probable para una mujer de 40 años morir víctima de un ataque terrorista que ser expuesta en las principales galerías y museos de Nueva York? Las Guerrilla Girls empezaron a llenar el Nueva York de abril 1985 de pósteres denunciando la falta de presencia femenina en las diversas instituciones del mundo del arte: galerías, artistas y museos aparecieron señalados por sus pasquines y sus tácticas de guerrilla urbana con lemas tan sugerentes como “Cuando el machismo y el racismo haya pasado de moda, ¿Cuánto valdrá tu colección?”.
Si bien sus primeras tácticas eran acciones callejeras rápidas como pegadas de carteles, pronto la esclerosis de las Instituciones precisó de nuevas formas de subvertir discursos. Cuando las llamaban para hacer una payasada aparecían con un complejo estudio sobre la exclusión de raza y género en la Bienal de Withney. Cuando las llamaban para mostrar su rabia, aparecían en plan zen diciendo que el mundo del arte es maravilloso, la gente que lo integra aún más y que “¿Qué había de molesto en que las mujeres artistas tan sólo ganaran un tercio de lo que ganan los hombres?” Pronto, como vigilantes femeninas de las instituciones artísticas, empezaron a generar su propia literatura que comprende desde estudios de historias del arte a estudios de estereotipos femeninos o mapas de las tramas (masculinas) que sostienen el mercado del arte. Todo ello basándose en números, cuentas y estadísticas, rotulando carencias y haciendo ideología de los datos verificables.
Los primeros años de la década de los 90 marcaron dos hitos: la creación de uno de sus pósteres más famosos “¿Deben estar las mujeres desnudas para entrar en el Museo Met(ropolitano)?” (1991) y las protestas delante del Museo Guggenheim en 1992 que forzaron a cambiar una exposición exclusivamente masculina. Una expo que acabó incluyendo a Louise Bourgeois y que introdujo la necesidad de un comisariado más inclusivo y responsable incluso en las instituciones más rancias y capitalistas. Pero, no cantemos victoria, amigas, el desregulado mundo del arte ha demostrado ser impermeable a cualquier avance social y más si se ve apoyado por la lógica neoliberal de la loca loca loca década de los 90 basada en el éxito personal y la meritocracia: las mujeres podían ser cualquier cosa e ir a cualquier lado excepto, eso sí, si eras artista y querías ir a ARCO (si eras además feminista ni te cuento).

EPISODIO 2. GUERRILLA STYLE.

En la terrible década de los 80, del “Greed is Good” (“La avaricia es buena”), del SIDA y del eje Reagan-Thatcher, las Guerrilla decidieron rescatar la acción comunitaria de la década anterior pero añadiéndoles humor y una afilada ironía con la que señalar a las pollas viejas del mundo del arte y su estrecha visión de la experiencia humana que reflejaba sus colecciones artísticas. Pero no sólo eso, sino que encima decidieron permanecer anónimas y divertidas alejándose del culto a la personalidad y haciendo un feminismo fresco y actual. ¿El autfit? Taconazos, máscaras de gorila y nombres de artistas pretéritas olvidadas por los grandes monaguillos de la Historia del Arte (otros que tal bailan). El concepto de máscara que por aquella época también utilizaba Cindy Sherman se convirtió en su elemento identificativo.

La propuesta de las Guerrilla Girls generó no pocas tensiones y no pocas preguntas que marcaron los múltiples intereses del grupo: ¿lo tuyo es Arte o es Actitud?, ¿eres reformista o quieres dinamitar el mundo del arte?, ¿a qué huele el privilegio masculino en las galerías?, ¿somos hominidas, somos blancas, somos negras, somos latinas?... Parece claro que si bien las Guerrilla Girls nacieron como comando de acción, los intentos de asimilación del grupo vinieron de considerar sus pósteres Arte y sus acciones callejeras performances analizables con esos embrujos caribeños que utiliza la Academia. Pero incluso en ese resbaladizo terreno, las Guerrilla Girls, han logrado mantener su dignidad y negarse a comisariar exposiciones alegando que ellas no son “árbitras del gusto, sino que simplemente criticamos a los árbitros del gusto”. Así mismo han sabido estar atentas contra la discriminación positiva superficial (tipo colocar a una mujer artista para cumplir el cupo) y han ampliado sus luchas a las acciones contra la Guerra del Golfo o la situación de los homeless.

EPISODIO 3. DER KOMMISSAR.

¿Cómo se pone una en contacto con un grupo ultrasecreto de superheroínas? A través del comisario de la muestra,Xabier Arakistain. Arakis, agitador cultural, comisario independiente y tremendo pelucón fue la antigua directora de esa flor rara y violeta en nuestro panorama museístico como fue Montehermoso (Vitoria) que como centro cultural tuvo una programación estable de arte y conferencias feministas y queer. Arakis nos trae este extenso proyecto sobre las Guerrilla Girls desde la Alhóndiga Bilbao y despierta la ciudad antes de tiempo. Por cierto, fue también  promotora del Manifiesto Arco 2005 sobre la escasa presencia femenina en ARCO hace ahora 10 años. Un manifiesto que fue firmado entre otras por integrantes de las Guerrilla Girls… Parece que es hora de un Manifiesto Arco 2015.
Este vórtice de cosas guays se abrirá el viernes 29 de enero en el Matadero de Madrid. Mañana les cuento la tramoya. Hoy les dejo, para que se vayan entonando, con estas imágenes selectas:








Artículo de Palomitas en los ojos. Compartido de elestadomental