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Entrevista a LEONOR SILVESTRI a propósito de su libro ÉTICA MUTANTE DEL DESEO DISCA. Por PAROLE DE QUEER

 Dicen que no tenemos empatía, pero en el supermercado por algo de dinero de explotación podés comprarte el pedazo de alguien reducido a bandejita de Telgopor y celofán, un órgano o un músculo, para digerir sin culpa, civilizadamente. Dicen que no tenemos empatía en un mundo donde las personas viejas están arrumbadas en depósitos humanos y sorteamos como vallas en una carrera de obstáculos a las personas que viven en la calle. Limpiamos la vergüenza de nuestra “comodidad” con el autoengaño de que están ahí porque quieren, por haraganería o flojera. Dicen que no tenemos empatía, y nos atan a la cama para que no molestemos en servicios hospitalarios de todo tipo. Dicen que no tenemos empatía, y algunas de nosotras estamos tan mutadas que ya no sabemos dónde empieza el dispositivo acerca del cual grandes filósofos peroran sin haber nunca estado nunca ahí y dónde termina nuestro cuerpo, que ya no nos pertenece, que está obligado a depender de la corporación médica”. Así empieza Leonor Silvestri, su “Ética Mutante del deseo disca”, revisión crítica del “Ética amatoria del deseo libertario”. Un libro lleno de muchas certezas, pero también de muchos interrogantes. En esta entrevista nos serviremos de algunas de las frases de sus libros para intentar hallar respuestas. ¡Vamos a ello!

Leonor Silvestri, autora de "Ética mutante del deseo disca"


-Hola Leonor. Para empezar ahora que ya hemos leído algunos de tus libros en “Donde mi raza muere” y “Ética mutante” podemos decir que encontramos en ellos un sentimiento de rabia y combate contra el patriarcado, pero también se desprende ese mismo sentimiento contra la disidencia sobre todo blanca, europea, feminista. ¿Es sólo una intuición nuestra o una realidad?


-”Ética Mutante”, es una crítica a un libro mío previo que es “Ética amatoria del deseo libertario y las afectaciones libres y alegres”, que en realidad es mi primer libro de ensayo y de activismo de disidencia sexual, que en su momento en 2008 comienza a surgir en formato fanzine para cubrir un hueco, ya que no había material sobre las relaciones múltiples y abiertas, es decir, las relaciones no monogámicas que no tengan el sesgo del régimen heterosexual. Luego ocurrió que en el 2014 yo me discapacito, tengo una enfermedad autoinmune que no se ve aparentemente que se llama Crohn. Esto significa que he de tomar una medicación que me modula el sistema inmune, por ende y te lo digo en términos tanatopolíticos pandémicos, formo parte del famoso grupo de riesgo con morbilidades, es decir, tengo varios números de la rifa tanatopolítica (el 75% de las personas que mueren por COVID tienen comorbilidades). Cifra que parece tranquilizar a todo el mundo excepto a las personas que tenemos comorbilidades. Y es en este punto, donde me doy cuenta que “Ética amatoria”, a pesar de ser un libro que yo quiero mucho, una experimentación grupal de varios años con otras personas, un proyecto más extenso ya que era un programa de radio, estampitas, performance, y demás, me doy cuenta que ya no me representa y que necesita críticas. Y entonces, nace “Ética mutante”


A la vera de eso han pasado cosas y una no puede seguir con la misma inocencia que en el 2009, cuando andábamos todas de fiesta por la Bata de Boatiné, ya que yo he ido cambiando. Además, el feminismo y esto que llamamos diversidad sexual, que a saber bien qué es, se me presenta, al menos en mis coordenadas corporales y psicogeopolíticas, como un dispositivo neocolonial de blanqueamiento ciudadane merchdelbien por lo que no creo que la blanquitud sea un color de piel únicamente, si bien hay algo del passing innegable, pero creo que tiene que ver con otras cuestiones, como una subjetividad que celebra acríticamente cualquier cosa hecha por una persona que tenga prácticas sexuales no heterosexuales, sea Riki Martin o Kaitlyn Jenner. Por ejemplo, la incorporación de personas trans al aparato represivo del estado, tropas de ocupación palestinas trans etc…Y no es que me volví terfa, sino que amplié mi (poli)odio. Esta “Ética Mutante”, surge porque me tuve que bajar de la orgía y con el COVID que vino a instalarse junto a la supremacía inmunitaria y pensé que este era el libro que tenía que escribir en estos momentos. Y creo que no nos podemos ya hacer les boludes con la diversidad sexual que forma parte del pinkwashing tanto a la hora de afirmar el hetercapitalismo global cognitivo tardío tanto como so pretexto de combatir en ciertas regiones la homofobia, el anti semitismo, la misoginia etc, justifica las invasiones de regiones menos occidentalizadas.  A la vera de estos acontecimientos se crea este proyecto de “Ética Mutante” que está lleno de rabia, efectivamente. 



-Te vamos a hacer una pregunta, copiando un párrafo de tu libro y respecto a las maternidades que se han venido a llamar en la blanca europa “maternidades subversivas”: El movimiento LGTB desconoce de críticas. Ahora les perverses vinieron a salvar la familia (sic) en vez de socavar sus cimientos. ¿En qué quedó que el eje del mal era heterosexual?” 


-Leonor Silvestri: Hay que preguntarle a la gente que lo creó. Yo lo que dejé de hacer fue comprarles espejitos de colores a las europeas blancas femimamis de la diversidad; como dije en la entrevista anterior eso lo dicen porque quieren hacer pasar por subversivo y revolucionario algo que tal vez sea una estrategia de supervivencia, en el mejor de los casos, cuando no el deseo no desconfiado, el deseo del heterocapitalismo. Y como estrategia de supervivencia, nadie debería decir nada porque las maneras en que las mujeres cis, trans, las feminidades contrahegemónicas, las masculinidades contrahegemónicas y un largo etcétera tienen que hacer alianzas para sobrevivir a mí no me parece objetable; lo que si me lo parece, es hacerlo pasar por subversivo, insurrecto y revolucionario. ¡Eso me parece un error! Y es que si lo analizás bien y si esto es en serio es muy grave que las personas llamadas por el régimen heterosexual como perversas vengan a salvar a la familia, tal cual lo ha dicho una de estas señoras europeas. ¡Un horror! No hace falta hacer pasar el hecho cotidiano de la vida de una como algo revolucionario. Por ejemplo, aquí en Sudakalandia existe una famosa antropóloga que dice que la primera víctima del patriarcado son los hombres”, los varones cis porque en su mundo no existen los varones trans. Eso está a la altura de decir: “los blancos (seamos mestizos, sudakas o europeos) somos las primeras víctimas de la supremacía blanca”. Y me parece que no. En conclusión, la hipótesis es que el feminismo y las disidencias sexuales en el estado contemporáneo si bien hay una genealogía no hay una sustancia que se comparta. 

Ser trans y miembro de las fuerzas de ocupación de Palestina no te hace nada compartir nada en relación a Sylvia Rivera o Marsha P. Johnson. Entonces creo que las diversidades en su punto actual y los feminismos son dispositivos ciudadanos de blanqueamiento neo colonial occidental, el programa de una civilización pacivista (paz cívica).

 

-Por cierto, ¿Qué opinas de la palabra cuidados?


-Leonor Silvestri: Opino que hemos fracasado. Creo que hay que hacerse cargo que solo fue un mote y que ha sido un fracaso rotundo, la pandemia lo ha demostrado. Escribí recientemente un texto que se llama “Productos discontinuos y discatalogados”, firmado por InmunoDeprimidas, al respecto. Mucha gente, cuyas formas de vida en nada divergen de las formas de vida más rancias, se cree heredera de la pandemia de VIH, como una foto de Nan Goldin, ese mundo de apoyo mutuo entre diversidades de todo tipo (no solamente sexuales) de los primeros años del VIH donde era un cáncer gay y ni las enfermeras ni enfermeros de los hospitales te querían tocar y la gente se tenía que apañar la una a la otra. Cuando en realidad hay una exacerbación como nunca del capacitismo, de la eugenesia y de la juventud como todo horizonte de expectativa. La minoría no es ni un número ni una identidad, sino la distancia entre formas de vida con respecto a la hegemonía. En los lugares donde occidente ha penetrado con mayor vehemencia siempre se está mirando hacia el futuro, lo que Edelman llama el futurismo reproductivo, reducción de la participación política al voto por el futuro de la humanidad llamada infancia. Entonces, para mí, “los cuidados” son algo inexistente, es algo de lo que se habla pero que no se realiza. No hay redes de contención, grupos de apoyo, que parecía que en el primer año de la pandemia así iba a ser, pero luego se abandonó porque vino el verano y liberaron las fronteras y las rutas y había que irse de vacaciones, o a presentar un libro a algún lado, o lo que sea, porque todo el mundo tiene su excusa autoindulgente, y no se tienen más cuidados con el tema COVID, si total se muere gente que estaba mal, como dijo una famosa feminista argentina. Por eso para mí no existe tal cosa más que como enunciado, estamos en el mundo de la eugenesia. ¡El exterminio disca llegó! Incluso, el precio para no ser exterminadas es el ostracismo, que no deja de ser una forma de desaparición en vida. Creo, además, que tras el encierro de la pandemia, se podrían haber hecho cosas para que esto no ocurrieran como por ejemplo no volver a la escuela o que internet sea libre y gratuito como un aborto para todo el mundo, así no tendríamos que ir de manera presencial a ningún lugar que no fuera indispensable como un hospital. Para mí, con el encierro, se había abierto una puerta a un nuevo mundo, que no se sabe muy bien que hubiese podido suceder, pero la gente militó volver a la normalidad y que los aviones vuelvan a volar y así se puede militar pedirles a los gobiernos que detengan las emisiones de carbono (que volvieron a subir tras el encierro) con chistes como tirarle pastel a un muñeco de cera (no a un ser humano vivo) y que son denominados acciones directas. 


- ¿Es la enfermedad una construcción social? Cómo en su momento se consideró enfermedad a la homosexualidad. ¿Cómo sobrevivir en un mundo lleno de barreras físicas y con un tejido social y de instituciones altamente capacitistas?


-Leonor Silvestri: En este momento no se puede. Si sos grupo de riesgo o tenés comorbilidades no hay manera de fugar. La gente cree que el capacitismo tiene que ver con un enunciado, una manera de hablar y no con prácticas, con hechos. Y yo creo que en el mundo únicamente quedó fascismo, en diferentes grados de intensidad porque no hay distancias entre las formas de vida. La manera en la que vive una persona que se autodenomina así misma disidencia sexual y la manera en la que vive el empleado promedio asalariado europeo no dista gran cosa, no hay una gran diferencia, en este momento. Entonces para fugar deberíamos habernos atrevido a continuar por donde veníamos y aprovechar ese estado de excepción en vez de deprimirnos por no poder ver a las amigas en la fiesta, porque además en ese síndrome de abstinencia de la sociabilidad envenenada, afirma que las vidas más pequeñas, más recogidas, menos rimbombantes  son una mierda, que vivir como vivió Emily Dickinson no vale la pena porque lo único que vale la pena es salir ahí afuera a consumir, entonces lo único que han quedado es lo que yo llamo “alegrías compensatorias”, es decir, falsas alegrías porque lo único que tenemos es la posibilidad de explotar a alguien más en el momento del esparcimiento propio, en vez de crear otro mundo.  


Lo que te decía, se abrió un portal en el que podríamos haber hecho otras cosas, infinitas pero la gente finalmente acabó volviendo a lo que ya estaba. Y todo el mundo tiene una excusa para volver, en vez de pensar en ese nuevo mundo. Entonces creo que ya es tarde.  Incluso el calentamiento global es real, y no tendríamos que haber vuelto a la normalidad y justamente quedarse en casa es una forma de parar ese calentamiento global. Y no solo tiene que ver con el mundo humano, sino que no van a poder resistir tampoco los mamíferos. Ningún mamífero, ninguna ave, ningún insecto podrá resistir la temperatura en la que estamos, comamos o no vegano. Por eso yo me aleje del eje de diversidad sexual ya que no me parece lo más importante y relevante, sino caprichos de chicas blancas lesbianas que quieren creerse que son otra cosa distinta a una lesbiana de la europa blanca, que es lo que son, y que en los años 90 y 2000 decían esto del “eje del mal es heterosexual” pero que en realidad anhelaban una vida pequeño burguesa heterosexual normativa, como cualquier otra persona. Estoy desencantada con la disidencia, que ya no sé muy bien que viene hacer sino ese dispositivo civilizatorio occidentalocentrado. 



-Dices en tu libro:” Existe también una manera correcta de ser disca, sin deseo, sin onda, sin sexualidad, agradeciendo cada vez que te dicen “fuerza”, “vamos”, “adelante”. El buen tullido de manual”. A la gente disca se la infantiliza, se la intenta privar del ejercicio de su sexualidad. Personas discas que quieren coger y quieren acceder al autoplacer, a hacerse la paja, como se la hace cualquier TERF y cualquier SWERF de este planeta. ¿Cómo se gestiona esto con cierta corriente del feminismo que está en contra del trabajo sexual? ¿Qué papel juegan las redes sociales a la hora de sociabilizar de las personas discas que en muchos casos están eternamente tutelades por sus familias?


-Leonor Silvestri: Estoy en un momento de mucho desencanto, así que te diría que el feminismo hay que tirarlo a la basura. Ya está, ya dio lo que tenía que dar y ya hay que entregárselo a todas estas mujeres abolicionistas que son como mujeres victorianas, colonas puritanas que se asustan de que alguien deba abonar un servicio para que le asistan en el autoplacer o en cualquier cosa, como lavarse los dientes, lavarse la cola o la raja entonces creo que ya no resisten el menor análisis estas personas. Incluso esas personas diría que son anti mujer y son anti discapacitados porque militan contra los derechos de otras personas y aquí ya se abre una grieta insalvable que es lo que pasa con este colectivo de TERFAS. Esta gente son operarias de la tanopolítica, de la eugenesia, del fascismo y de la miseria. Y con ellas es estéril el debate. No hay debate posible porque es cómo debatir con los mossos d’esquadra, a los que se les combate, pero no se les debate. No hay nada que debatir ahí, no son ni humanos, son algo peor que un humano (que ya son muy malos de por sí) por lo que no tiene sentido seguir la batalla por los enunciados y a esta gente hay que tratarla como se trata a los fascistas. No hay diferencia entre un skinhead que va a quemar vivo a un marroquí, un miembro de VOX y una de estas señoras universitarias operarias del estado como Amelia Valcárcel, que luego la cabeza no les da para pensar que no solo sus maridos consumen trabajo sexual, sino que a veces hay otra gente que también lo hace, esto habla de lo brutas e ignorantes que son. Y, además, ¿por qué impedirle a una persona con discapacidad el acceso a la sexualidad y al placer? ¿Y qué hacemos con una persona multi impedida? Pero lo que quieren realmente es un screenning prenatal para que no nazcan discas porque para ellas se nace disca, no se llega a serlo.


-Así cómo a las mujeres se les pide que reproduzcan el material humano que pueda incorporarse al capitalismo de manera eficiente también se le pide que sea ella la encargada de la selección de personal apto a tales efectos” “Al capitalismo le conviene tanto que no cobres por amor como que no gestes más que por amor, le conviene que no quieras parir algo que será inviable pero que sí desees parir sanites” o “Somos las hijas de las discas que quisiste esterilizar. Somos las discas no abortadas que andás queriendo esterilizar. Somos las únicas con el verdadero derecho a vivir”. En el libro “Ética mutante” planea la sombra de la eugenesia, cierta crítica a cómo el capitalismo se meta en nuestros cuerpos y sólo deseemos parir gente no considerada discapacitada por el sistema. ¿Qué nos puedes decir sobre esto?


-Leonor Silvestri: Si ha de nacer gente que sea disca, y lo voy a justificar: la gente disca tenemos más dificultades para integrarnos en el capitalismo o nos cuesta mucho más integrarnos, además que conviene que existan humanos mutados que además es lo que se viene, porque con esta contaminación los cuerpos van mutando. P.ej. encontraron restos de microplásticos en la leche materna, el útero, hay microplásticos incluso en los fetos. Así que autoinmune y mutada is the new black.


Esta idea me viene de Rote Zora, un grupo de guerrilla feminista que hacían acciones directas, no tirarle suciedad a un vidrio que cubre un cuadro en un museo que luego va a limpiar una señora migrante del personal de maestranza. Así por ejemplo le metieron un tiro en la rodilla al presidente de Siemmens que se murió de un ataque al corazón del miedo que le dio, y lo mejor fue que nunca detuvieron a las ejecutoras porque otras de la organización, más mayores, que por edad les correspondía arresto domiciliario, se auto inculparon y salvaron a todas las demás. Rote Zora eran huelguistas de útero, pues ellas decían que son las mujeres (recordemos que las radfam que se fueron no son las terfas que volvieron como una suerte de cementerio de animales del feminismo) las encargadas de proveer el ejército de reserva para el capitalismo. Con esta idea, yo creo que el aborto tiene que ser como en las poblaciones originarias, que además de aborto hasta el tercer trimestre allí llega hasta el infanticidio. Hay un libro te lo recomiendo, que se llama “La muerte sin llanto” de Nancy Scheper-Hugues. En este libro se estudian las muertes en las favelas de Brasil y donde se habla sobre esto. No obstante, esta idea de que hay que hacer screenning prenatal para ver si es sanite y si vale la pena que viva o que no viva porque se piensa que va a sufrir etc…forma parte de la idea de que no solamente las personas útero gestante tenemos que parir el capital humano para el ejército de reserva sino que sos una suerte de gerenta de recursos humanos impaga, que además hace la selección de personal que vale la pena que exista (valer en el capitalismo significa poder disponer el cuerpo a producir y generar crédito es decir deuda) y el que no. Es decir, abortar lo que no va a ser productivo, lo que va a ser defectuoso para el capitalismo, lo que no va a poder incorporarse tan fácilmente a ese ejército de reserva, en resumen, aquel o aquella que no va a poder trabajar y tener una cuenta de banco, y a quien siempre se le va a tener que apoyar, apuntalar y asistir. Si tenés encefalomielitis pues difícilmente vas a poder trabajar como trabaja una persona dentro del capitalismo, la misma carga horaria, lo cual es genial porque si te ponés a pensar lo que dice Marshall Sahlins de que las poblaciones originarias trabajan no más de 20 horas semanales como muchísimo o los estudios sobre los guaraníes-tupis de Clastres, sería genial trabajar muchas menos horas o directamente abolir el trabajo en vez de luchar por un cupo. 


-¿Ha sido la pandemia un pretexto eugenésico, para quitarse de encima de alguna forma a personas discas y a personas viejas?


-Leonor Silvestri: El primer año de la pandemia en Canadá, en Quebec o en Montreal, no recuerdo bien cuál de estas dos capitales, se deshizo del 90% de los mayores que estaban en situación de encierro estatal, es decir, que estaban en geriátricos del estado. Así que no es que sea una idea mía, está pasando, pasa. Luego piensen, por ejemplo, en el caso de Argentina. En Argentina hace meses que no existe protocolo de nada, queda a tu libre albedrío el tema de las medidas sobre el COVID y ya sabemos que va a decidir el sujeto del capitalismo porque la elección y la libertad son fruto de la revolución liberal, del sujeto soberano, libre e igual por naturaleza que heredamos de Locke y del gran encuentro colonial con occidente. Entonces para que tengan una idea, yo he de ir de donde vivo en un pueblo a buscar la medicación o hacerme un chequeo médico a la capital, porque en Argentina no hay en todos lados lo mismo y entonces me tengo que trasladar y para no contagiarme, siendo grupo de riesgo y estando en el grupo de 75% que se mueren si se enferman COVID, ¿cómo lo hago? si nadie utiliza mascarillas en aviones o en autobuses de larga distancia, ni en ningún tipo de transporte,  entonces, esto ¿cómo se llama? Yo a esto le llamo tanatopolítica porque la tanatopolítica tiene la característica de que nadie es realmente responsable. No es que hay un dedo ejecutor, no es que está Eichmann cargando gente en los vagones para mandarlos a las cámaras de gas, es otro nivel más de banalidad del mal donde ya no hay nadie responsable, por el contrario, hay ciudadanos del bien libres decidiendo. Sencillamente el libre albedrío de la gente lo ha decidido así. Por eso ya sabemos que les LGTBIQ+ son capitalistas pero los que no se leen así, como gente que va a tomarse un cafecito a Chueca, sino que se leen como disidente militante y activista están todos de fiesta sin mascarilla. Y nadie milita cuidados del tipo que no proliferen la transmisión infecto contagiosa o como apoyar a la gente que ha desaparecido de la vida social para evitar contagiarse ad infinitum porque ya bastante tienen con lo que tenían previamente y no lo quieren agravar. 


En Argentina en estos momentos el colectivo de diversidad sexual no solamente tiene que enfrentarse a la pandemia del COVID, sino que debe enfrentarse también a la pandemia de sífilis, de viruela del mono, una gonorrea que no la frenan los antibióticos y ahora gripe A. Y lo sabe cualquier marica de sauna, totalmente infectados de todo. Diría que casi se están suicidando para el heterocapitalismo que tanto los quería y que ya les sacó lo que les tenía que sacar. No se puede ser tan estúpido, ¿verdad? Al final están colaborando con el sistema que está haciendo todo lo posible por destruirte. Mientras te convencés que tu familia tiene el mismo valor que todas las familias y militas por las familias diversas y demás. Y si te das cuenta, nadie adopta. Todo el mundo habla de las niñeces, les niñeces, las infanteses pero y ¿las de los institutos de menores? ¿O alguien fue a sacar alguna infancia de algún instituto de menores? ¿O acaso ahí no hay COVID? ¿Y en esos centros ya no hay más pandemia

Por eso digo, se abrió un portal, podríamos haber hecho otra cosa y volvimos a lo que estábamos, pero en una versión más degradada. ¡Un aburrimiento total!


Podéis ver la entrevista completa en el Canal Youtube haciendo amigues con Leonor”




Más información de “Ética Mutante del deseo disca” en Queen Ludd 


¿Y nos van a intentar convencer de que aquí no ha pasado nada? La rabia tiene razones, y son muchas. Si no, aquí la autora te las refresca, en acerados destellos: putas, discapacidad, sistema y modelo médico, límites del feminismo, de lo progre, dispositivos de control social, Foucualt, Deleuze, filosofía clásica, ganas de vivir... Con su grito de basta, interpelación que se torna insoslayable con la gestión "tanatopolítica, capacista y eugenista de la pandemia". Una interpelación frontal en clave tullida, crítica con los límites en los que nos manejamos cuando el "deseo libertario" significa hoy juventud apta físicamente adepta al exterminio sea de la filiación que sea, y "libre" es el mercado.
Anacoreta, paria, eremita, como una replicante que se queda sin tiempo, inspirada en películas de ciencia ficción, la autora se retira del mundo social --tan envenenado como el cianuro de la megaminería y el glifosato-- y de todas sus luchas occidentalocentradas que habita, confirman y sostienen el mundo del "ejército de los erguidos" que luchan por volver a la "nueva normalidad". Frente a ese panorama, Silvestri reivindica la fuga para ganar tiempo y poder terminar la mutación a su propio modelo ético y afectivo, logrando pensar una nueva praxis vital que tenga a débiles y frágiles en el centro. Otro apocalipsis aún es posible...

¿Dónde se puede conseguir?


Estado Español: Traficantes de Sueños


En Chile: @nopatria.editorial

En Argentina: @queenluddeditora @ngeditora

México @editorial_divan_negro
Uruguay @bixazapatao @libros.parisson


Acerca de Leonor Silvestri y sus libros que puedes encontrar en Traficantes de Sueños (en el Estado Español)

Filosofa autodidacta, escritora y traductora especializada en poesía clásica, practicante de artes marciales (cinturón negro de kick boxing Wako) y discapacitada legal. Nacida en Buenos Aires en 1976, lleva adelante diferentes proyectos relacionados con la docencia, el ensayo y la poesía, la performance y la realización audiovisual entre otros. Algunas de sus últimos libros son: Ética disca del deseo mutante y las afectaciones de la interdependencia funcional (2022);  Ética amatoria del deseo libertario y las afectaciones libres y alegres (2012), ensayo; La guerra en curso (2015), poesía; Foucault para encapuchadas (2016), ensayo; Games of Crohn. Diario de una internación (2016), ensayo; Primavera con Monique Wittig. El devenir lesbiano con el dildo en la mano de Spinoza transfeminista (2019), ensayo; Reina japonesa (2020), poesía; Servidumbre máquinica. Punitivismo, trabajo y espacios de encierro (2021), ensayo; y Sin esperanza y sin miedo (2021), ensayo. Y un "Amigo judio" (2022)

Puedes leer en este enlace entrevista de Parole de Queer, a Leonor Silvestri por su libro "Donde mi raza muere"