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lunes

De charla con DEL LAGRACE VOLCANO

Del Lagrace Volcano
Hola Del para empezar, ¿nos puedes hablar de tus inicios con la fotografía?
Bien, cuando tenía 18 años me fui a recorrer Europa en autoestop con una compañera que tenia una cámara de formato medio y me impresionó mucho. Cuando regresé a California, donde crecí, asistí a todos los talleres de fotografía y cine que mi Universidad ofrecía. A los 3 meses ya trabajaba en el laboratorio de fotografía y al terminar el año ya era el fotógrafo del Teatro. Siempre me he sentido muy vinculado a mi hogar aunque estuviese lejos geográficamente. Fotografiaba y gravaba a lxs miembros de mi propia familia, cada unx con sus propias particularidades. Cuando al cabo de algunos años me fui a vivir a San Francisco, continué produciendo imágenes de mi nueva familia de lesbianas y gays, "sex positive" o "SM". La ampliación del concepto de "familia" continúa siendo hoy en día una motivación básica en mi trabajo y en mi vida. 

A lo largo de tu carrera has publicado varios libros ¿Que nos puedes decir acerca de ellos? 
LOVEBITES, Gay Men’s Press, Londres, 1991
Portada del libro:Loverbites.1991

viernes

CICATRICES DE LO REAL por MAURO CABRAL


Imagen: Del La Grace Volcano
 Su nombre, su apariencia, su estética; lo que es y lo que produce Del La Grace Volcano es un temblor en el corazón de eso que se percibe como lo real. Una sola de sus imágenes es capaz de derrumbar la tranquilizadora certeza de que en el mundo hay hombres y mujeres y a la vez alumbra otro, el mismo, donde los cuerpos se arrogan su propia belleza.

Lo he pensado y pensado. No hay otro modo de decirlo. Las fotografías de Del La Grace Volcano enloquecen a la gente. Lo sé porque las he mostrado durante años, en todas partes, y he visto cómo la gente las mira, y lo que le ocurre al mirarlas. Al exponerse al poder de esas imágenes la gente, simplemente, enloquece. Lo primero que se les desquicia es la mirada, y luego se les descoyunta el rostro entero. Podría decirse, por ejemplo, que la gente ve y no comprende lo que está viendo. Y que ese no comprender es la locura. Pero no. La locura es que, efectivamente, lo están viendo. Daría lo que fuera necesario dar por saber qué es lo que les pasa debajo de la ropa. Daría lo que fuera por verlo. Y ni que hablar por tocarlo.


Hay quienes creen que su trabajo es, en esencia, una suerte de oficio antropológico. Con eso quieren decir, básicamente, que su obra puede ser reducida a un registro comprometido, bello y audaz, de personas y modos de vida lejanos, ajenos, y tal vez hasta en peligro de extinción. Yo creo, sin embargo, que ni su trabajo como fotógrafo ni el trabajo de sus fotografías en la cultura pueden confundirse con la antropología visual de una realidad enloquecedora. Y es que –debe quedar claro desde un principio– Del no registra esa realidad: la produce. Más aún, la encarna.

Hay que hacer la prueba. Animarse a abrir alguno de sus libros. Atreverse a entrar en su página, a mirar de frente, en la oscuridad o con buena luz, una fotografía tras otra. Quizás, al principio, se instale el reconocimiento de una estrategia cultural y política habitual. Visibiliza. Pone ahí, al alcance de la vista y del tacto, la existencia terrible de un mundo escondido –la belleza desafiante de butches masculinas como ninguna, la extensión impensada de clítoris endurecidos por la testosterona, la espiral identitaria y expresiva de drag kings de todos los tamaños y todos los estilos, el resplandor oscuro del sadomasoquismo, de sus cultores, de sus objetos… Todo está ahí, por supuesto, pero ¿puesto? Nada de eso.

 La cámara de Del es una máquina del tiempo. Destroza instantes o, mejor dicho, la realidad como ilusión de un instante. ¿La masculinidad real? Mirá de nuevo. ¿Ese cuerpo, el de una mujer, el de un hombre, el de un ser humano? Mirá de nuevo. ¿Ese hueco, ese dedo, ese anillo, ese aro? Volvé a mirar. Te lo aseguro. En serio, te lo aseguro. Nada, pero nada, que puedas dar por dado y por sentado permanecerá quieto ante tu mirada una vez que te expongas al mundo tal y como él lo mira. Ante tus ojos verás desplegarse –eso también te lo aseguro– las tecnologías que incesantemente fabrican y sostienen la verosimilitud de tus ficciones más reales. Esa a la que llamás cuerpo. Esa, tan querida, a la que llamás la diferencia natural entre los sexos. Y ni que hablar de esa otra –pongámosle un nombre, pongámosle deseo.
Soy un sádico. Me encanta ver a la gente retorcerse, iluminada por el brillo incandescente de sus imágenes. Ver cómo las personas se enfrentan, por ejemplo, a la contundencia feroz del torso hermafrodita que Del retrata en blanco y negro. Y entonces las veo –cualquiera podría verlas– escarbar en la memoria, buscar, buscar… ¿dónde vieron, alguna vez, algo como eso? Y ¿a dónde podrían ir a buscarlo, esa misma tarde, para atrapar entre los dedos algo más que la superficie gozosa, pero plana y distante, de la foto? Las personas se retuercen, por ejemplo, ante las escenas que repiten, una y otra vez, un dilema que angustia y excita: cuerpos con tetas, barba y pijas que parecen artificiales y que sin embargo, al parecer, gozan –y no es que quienes las poseen gocen, es que las pijas, bueno… es lo que parece, ellas, gozan–. Se estrellan, las personas, contra los ejemplos y contraejemplos fotográficos de una masculinidad siempre múltiple y diversa –a un tiempo ridícula, solemne, imposible, difícil de creer cuando más creíble resulta, masculinidad recia o mariconcita, con y sin hormonas, con o sin pinchila, penetrada o sin penetrar, absurda cuando más auténtica, verdadera cuando más prostética.
Y él, claro. Él mismo. Cada autorretrato suyo desarma cualquier pretensión de certeza. Una y otra vez se trasviste de sí mismo, haciendo pasar su cuerpo bajo la lente de los años, de la androginia, de la futurología, de la masculinidad de los hombres y de la de las mujeres, de las conchas vueltas personalidad o vueltas vestido. Del diseña aquello que los y las mortales –jamás hermafroditas– dan en llamar naturaleza. Y hace de ese diseño su carne, su verdad y la del resto, la madre floreciente de todas las verdades, hasta que la siguiente fotografía trace la cicatriz de lo real en otro sitio. Al verlo transformarse, foto tras foto, aquello que se deshace no es, como podría pensarse, la materialidad de su existencia. Lo que se deshace, más bien, es aquella otra ilusión –la de la materialidad indudable del sentido de cualquier existencia.
Escribía Walter Benjamin: “Precisamente porque la autenticidad no es susceptible de que se la reproduzca, determinados procedimientos reproductivos, técnicos por cierto, han permitido al infiltrarse intensamente, diferenciar y graduar la autenticidad misma”. En una cultura enferma hasta la locura de anhelos de autenticidad, donde identidad se impone como el final y el principio, sus fotografías elevan a la carcajada hasta los modos más seriecitos de lo auténtico. Divierten. Emocionan. Confunden. Calientan. Liberan. Contaminan. Contaminan la mirada de quien las mira y, contaminándola, cambian para siempre el mundo en el que comienza a vivir quien ve aún antes de apartar la mirada.
“Como artista visual accedo a las tecnologías de género para amplificar antes que borrar los trazos hermafroditas de mi cuerpo. Yo me nombro a mí mismo. Un abolicionista del género. Algunas veces, un terrorista del género. Una mutación intencional, un intersex por diseño propio (como oposición explícita al diagnóstico), en busca de distinguir mi viaje de los miles que dibujan otrxs intersex que sufrieron sobre sus ‘ambiguos’ cuerpos mutilaciones y desfiguraciones en un intento erróneo de ‘normalización’. Creo en cruzar la línea tantas veces como sea necesario hasta construir un puente por el que todxs podamos caminar.” Así se define Del La Grace Volcano en su página web: www.dellagracevolcano.com

Artículo de Mauro Cabral. Publicado en Página 12

Entrevista con DEL LAGRACE VOLCANO:FAMILIA QUEER

"Cuando me preguntan si Mika es un varón o una nena, cosa que sucede permanentemente, contesto que aún no lo sé. Y pregunto a mi vez si lo que quieren saber es qué clase de genitales tiene. Eso, en general, es suficiente para que se llamen a silencio"

Del Lagrace Volcano
Sombrero vaquero, chaleco sin mangas que refuerza el aire de western americano y una pollera española, amplia y bordada que desbarata cualquier presunción de pertenencia. Del LaGrace Volcano nació en California, pero ese dato no explica el sombrero, es apenas un punto de partida. La vida misma, tal como la explica, es una línea que siempre se está dibujando. Y como toda línea, está compuesta de puntos. Fotógrafx, intersex, gender queer, “mapa” o “pama” pero nunca papá o mamá; tres matrimonios –dos por razones políticas– y una obra que ha dado la vuelta al mundo con la velocidad con la que lo hacen los buenos secretos. Este circula porque siempre se dice muy cerca del oído, se escucha como esas cosquillas que erizan la piel porque anuncian un placer de este mundo, físico, carnal.
Sobre esa obra, sobre su trabajo celebrando y erotizando cuerpos que no suelen circular en el mercado del placer, intentó ser esta nota. Pero es Del quien cambia de tema. Es que se acaba de formar la primera organización intersex de Europa –de la que ella es una de las cabezas visibles–, hubo acuerdos en el Segundo Foro Mundial Intersex –que sucedió durante la conferencia mundial de Ilga, la organización que reúne, a su vez, a la mayor cantidad de organizaciones del mundo que luchan por los derechos de lesbianas, gays y trans– para que no haya más voces que la de los y las activistas en la reunión y se evitó que ingresara un profesional médico como perfecta demostración de una resistencia constante en los recorridos intersex: la medicalización. Entonces el ánimo militante lo lleva a hablar de sí mismo. Y el amor por su familia queer, una familia que crece contra toda norma; por puro deseo de construir un mundo con más feminismo “y menos idiotas”.

-¿Es cierto que Volcano es el apellido que tomaste de tu primer esposo?
Es cierto, la gente cree que lo inventé, pero no. Lástima que él no tomó mi apellido. Antes de la última, me casé dos veces por razones políticas que no tenían que ver con la inmigración: la primera vez fue porque mi relación con una mujer no era válida para los ojos del Estado nacional (en el Reino Unido), así que me casé con un hombre gay que más tarde murió de sida. El segundo matrimonio fue, en principio, para cambiar mi nombre de “Señora Beasly” a Volcano. Ahora me casé por tercera vez, por amor, pero ninguno de los dos tomó el apellido del otro.
-Tres matrimonios me obligan a preguntarte qué significa esa institución para ti.
Creo que es posible subvertir la institución del matrimonio, para mí casarme en Suecia, donde para el todo el mundo es posible casarse, fue bien diferente. No es mi primera opción dentro de las campañas necesarias del movimiento lgbt, pero desde una perspectiva americana, después de lo que significó la propuesta 8, creo que también tengo que pelear por eso. Nunca pensé que me iba a casar por amor, porque la verdad es que yo siempre estuve en contra de la institución. Pero de una romántica y apasionada manera le pedí a mi pareja que se casara conmigo. Era la primera vez que podía decirlo con conciencia del compromiso. Y aquí estoy, feliz de mi elección.
-¿Crees que el amor puede tener una dimensión política también?
Por supuesto. Yo he practicado y defendido el poliamor, nunca fui monógamo, tuve muchas parejas. Lo que para mí es radical es tener una pareja. Y soy monógamo con posibilidades ahora. Si realmente quisiera tener sexo con otra persona, también lo haría, tal vez lo hablaría con mi pareja. Pero llevamos juntos siete años y hasta ahora ninguno ha estado interesado en el asunto. Además tenemos un niño de un año y medio, con lo cual nos queda muy poca energía extra para hacerlo. Si tenemos suerte de tener sexo entre nosotros, ahora es para festejar. Pero sí te puedo decir que soy poliemocional, tengo profundas relaciones con otras personas que son físicas pero no sexuales, que son emocionales y también apasionadas.
-¿Cómo llegó la decisión de tener un hijo dentro de lo que tu llamas una familia queer?
Yo empecé a pensar en tener un hijo desde que tengo más o menos 36. Pero no quería criar yo solo, ninguna de mis relaciones me parecía lo suficientemente estable como para ser buenos padres. Así que ahora lo discutimos, él asumió que yo no me embarazaría nunca y él, en un momento, bueno, estuvo dispuesto.
-¿El es un varón trans?
No, él es gender queer. El fue quien se embarazó. Gender queer en el sentido de que usa el pronombre femenino y masculino alternativamente, no tiene problemas con su cuerpo físico de mujer –sí los tiene con el modo en que la sociedad trata y sexualiza el cuerpo de las mujeres– pero su expresión de género es masculino. No butch, sino masculino. El es mucho más masculino que yo, pero también mucho más joven –tiene 37 y yo 55–, por eso no sabemos qué pasará en adelante. Sé que ahora no se vestiría jamás como yo, soy mucho más femenino que él.
-¿Vos te reconocés también como gender queer?
Yo me reconozco como intersex y gender queer, me parece que es más apropiado para mí que trans. Lo digo porque mucha gente cree que soy trans, lo que está ok. Pero ése no soy yo, no es lo que quiero hacer visible de mí. Siempre fui mal percibido, primero como una mujer y ahora soy mal percibido como un hombre. Pero nunca hice una transición para ser un hombre, ni tampoco nunca quise ser exactamente un hombre. Quisiera ser percibido como intersex pero que esto no parezca una discapacidad, porque no lo es.
-No me imagino otra manera de percibir una identidad intersex más que preguntando.
Es que no ha sido una identidad muy visible. Las personas con cuerpos intersex suelen ser operadas para que sus cuerpos entren dentro de la norma. E incluso cuando no sean operados, de todos modos tenemos que ser por la fuerza mujeres o varones. Hay muy pocas personas con los “cojones” (lo dice en español) para hacerse visible como intersex. Aun hoy, como estoy vestido, la gente me percibe más como un hombre gay, tal vez como una travesti. Incluso cuando muestro mis pechos, todavía tengo unos pechos pequeños, y mi barba; nadie está programado para ver más allá de mujeres y varones. Por eso es el compromiso de hacerme visible como intersex, aunque a veces resulte agotador.
-En tu trabajo como fotógrafo se ve la celebración de los cuerpos, cuerpos diversos, cuerpos disfrutables, cogibles, dispuestos. ¿Te tomó tiempo celebrar tu propio cuerpo?
Sí, me tomó mucho tiempo. Debe hacer apenas 17 años de los 55 que tengo que dejé de intentar ser sólo mujer. Y luché muy duro para conseguirlo. Me depilaba la barba, no me la afeitaba para que no me crecieran los pelos o se pusieran duros. Yo tenía una identidad lésbica muy fuerte, incluso mis prácticas sexuales eran más bisexuales que otra cosa y aun así tenía una identidad lesbiana. Era importante para mí ser aceptada como mujer y por eso tenía que ocultar mis cicatrices, depilarme. Todavía duermo mal, porque yo me entrené para despertarme antes de cualquier persona con la que estuviera durmiendo para que no vea mis cicatrices, para quitarme los pelitos de la barba... pero en 1995 dejé de depilarme y la dejé crecer y dejé de tomar hormonas. Y empecé a pensar que podía hacerme visible como intersex y que eso sería más fácil. Y la verdad es que nada cambió mucho porque para muchos sigo siendo un error: un hombre femenino o un hombre gay. Qué sé yo, yo creo que mi voz no es súper masculina, creo que es bien suave, aunque también puedo agravarla, y también por eso me siguen percibiendo en la calle más como un hombre que como otra cosa. Pero para mí es un compromiso, algo que me impuse, hacer visible quién soy y resistir a la mirada y la percepción sobre mí. Porque de verdad soy muy queer.
-Quiero decirte que así es como se te ve, al menos para ojos latinoamericanos.
(Se ríe.) Puede ser, pero la resistencia, la verdad, es bastante pesada. A veces me canso de sostener la bandera queer y que todo el mundo crea que soy quien la tiene que hacer flamear. Ahora, por ejemplo, resulta que porque me casé y tengo un hijo parece que bajé la bandera, que me vendí. Por eso yo pregunto, también al movimiento lgbt, por qué tanta normatividad, por qué caemos en eso siempre aplicado a los demás. Yo conozco queers que cuando dicen que están pensando en tener hijos les proponen que adopten en lugar de embarazarse, pero nunca preguntaron lo mismo a una mujer heterosexual. Nosotros no tenemos los mismos motivos que las parejas heterosexuales para tener hijos, estoy seguro, no sé por qué hay que entregar esa capacidad reproductiva que tenemos.
De alguna manera, tener hijos dentro de familias queer también es una oportunidad, para ellos y para nosotras y nosotros.
Yo tengo un lema: la resistencia es fértil (que hace referencia a los Borg en StarWars, “La resistencia es fútil”). Lo que quiero decir es que en lugar de queers que definen a sí mismos como reacción a la heterosexualidad y como individuos no reproductivos, para aquellos de nosotros que queremos paternar o maternar, nuestro planeta nos necesita y sobre todo necesita más buenos “hombres” que sean feministas y crean en la igualdad. Podría seguir y seguir hablando sobre mis esperanzas y temores en relación a Mika... Cuánto quisiera prevenirlo y ayudarlo a ser consciente de su privilegio como potencial “hombre blanco, heterosexual y educado en la clase media del norte de Europa”. Quisiera que creciera y se convirtiera en el tipo de persona de quien me gustaría estar cerca y no un idiota como tantos hombres blancos que conozco, homosexuales o heterosexuales.
-Cuando por primera vez me hablaste de tu familia, hablaste del desafío de ser “pama” o “mapa”. ¿De qué se trata esto en la vida cotidiana?
Por ejemplo, Mika tomó de mi pecho y fue maravilloso poder alimentarlo. Lo hice usando un aparato que le permitía mamar leche materna de un tubo adherido a una botella. Mika nació gracias a un amigo que nos donó el semen y que no es el padre pero sí nuestro amigo, también es queer y tiene una hija con su pareja mujer. El donante va a cumplir años la semana que viene y vamos a ir todos a la fiesta y cuando tenga edad sabrá quién ha sido su donante y habrá estado en contacto con él.
-¿Conocés el caso de la pareja que crió a su hijo sin marcas de género? Fue bastante famoso en su momento...
Sí, Kathy (la madre) se ha convertido en una amiga y hemos tenido muchos intercambios de correo electrónico. Lo que hicieron fue algo muy valiente y progresista, pero es importante señalar que si los Storm –padre y madre– hubieran sido queers hubiera habido mucha más indignación en torno de lo que hicieron que la que ya se manifestó. En mi caso, cuando me preguntan si Mika es un varón o una nena, cosa que sucede permanentemente, contesto que aún no lo sé. Y pregunto a mi vez si lo que quieren saber es qué clase de genitales tiene. Eso, en general, es suficiente para que se llamen a silencio.
¿Cómo son percibidos como familia en la calle?
–Bien, igual, me importa un carajo.



Esta entrevista ha sido realizada por Marta Dillon y publicada en Página 12, el 21 de Diciembre de 2012.

martes

De charla con DEL LAGRACE VOLCANO

Del Lagrace Volcano
Hola Del para empezar, ¿nos puedes hablar de tus inicios con la fotografía?
Bien, cuando tenía 18 años me fui a recorrer Europa en autoestop con una compañera que tenia una cámara de formato medio y me impresionó mucho. Cuando regresé a California, donde crecí, asistí a todos los talleres de fotografía y cine que mi Universidad ofrecía. A los 3 meses ya trabajaba en el laboratorio de fotografía y al terminar el año ya era el fotógrafo del Teatro. Siempre me he sentido muy vinculado a mi hogar aunque estuviese lejos geográficamente. Fotografiaba y gravaba a lxs miembros de mi propia familia, cada unx con sus propias particularidades. Cuando al cabo de algunos años me fui a vivir a San Francisco, continué produciendo imágenes de mi nueva familia de lesbianas y gays, "sex positive" o "SM". La ampliación del concepto de "familia" continúa siendo hoy en día una motivación básica en mi trabajo y en mi vida. 

A lo largo de tu carrera has publicado varios libros ¿Que nos puedes decir acerca de ellos? 
LOVEBITES, Gay Men’s Press, Londres, 1991
Portada del libro:Loverbites.1991
A finales de los 70 cuando empecé a fotografiar, era difícil encontrar imágenes de lesbianas y las pocas que habían estaban completamente desexualizadas. En aquellos momentos era becario en el Instituto de Arte de San Francisco y me sentía completamente alienado por la clase media blanca dominante. Entonces comencé a frecuentar el Bar Scotts, en un barrio de clase obrera donde se encontraban los gays de clase obrera y donde conocí a una inglesa con la que me fui a Londres hacia el 1982. En 1987 me enrolé en el Chain Reaction (cadena de reacción), un colectivo de lesbianas que producíamos actuaciones sexuales una vez al mes. Más que fotografiar lo que sucedía, nos dedicamos a crear situaciones, así que salíamos a la calle y subíamos a los edificios más altos que encontrábamos para representar allí nuestras actuaciones lésbicas, para nuestro propio placer, para la posteridad y como vía para reclamar un espacio para nosotrxs.
Serie Scott's Bar.Lovebites 

THE DRAG KING BOOK con Judith “Jack” Halberstam, Serpent’s Tail, Londres, 1999
Portada del libro:The Drag King Book.1999
A mediados de los 90 cuando el fenómeno de los Drag kings arrancaba y la mayoría de mis amigxs y amantes estaban implicadxs, creé las primeras imágenes, de forma muy casual, sin sospechar que acabaría siendo un libro. Expuse el material y un editor me propuso publicarlas. A Judith Halberstam, que por aquel entonces ya estaba trabajando sobre el tema la invité a realizar la redacción del texto. Me parece triste y alarmante que 10 años después no se haya publicado ningún libro más sobre Drag Kings. Hay mucho material publicado sobre MTF y drag queens pero sólo uno sobre drag kings. 
¡Se que existen buenas imágenes sobre los drag kings allí fuera!
HeadscarfWS.The Drag King Book

SUBLIME MUTATIONS, Konkursbuchverlag, Alemania, 2000
Portada del libro:Sublime Mutations.2000
Claudia Gerkhe me propuso hacia finales de los noventa hacer un libro juntos. 
Estaba emocionado, a pesar de que me encantan los volúmenes THE DRAG KING BOOK LOVEBITES, estos incluyen una sola temática y mi investigación abarca mucho más. Era muy gratificante realizar un libro donde compilar 10 años de valiosísimo trabajo y fue fantásticamente reproducido, con tapa dura y nada caro. Pero desgraciadamente Konkursbuchverlag no le proporcionó ni una buena distribución ni una buena campaña de promoción, así que es difícil para el público llegar a obtener uno.

SEX WORKS con un texto de Beatriz Preciado, Konkursbuchverlag, Alemanya 2005
Portada del libro:Sex Works.2005
La mayor parte del material que publica Konkursbuchverlag es sobre sexualidad y Claudia me propuso una vez más hacer un libro enfocado a mi trabajo y que versara sobre el fetichismo y el sexo. Le pedí a la académica y activista queer Beatriz Preciado que escribiese un texto para el proyecto y así lo hizo. Desafortunadamente el resultado no es el que debería haber sido. Se que no debería destacar el mal diseño del libro pero no lo puedo evitar. Ojalá hubiese sido un “freak” del control y no hubiese pensado que todo saldría bien, porque no fue así.


FEMMES OF POWER: EXPLODING QUEER FEMININITIES amb Ulrika Dahl, Serpent’s Tail, Londres 2008
Portada del libro:Femmes of Power.2008
Estoy muy contento de este libro, tanto por el trabajo de colaboración con Ulrika Dahl y con el resto de participantes, se puede considerar una representación demográfica. Estuvimos muy atentos a nuestros privilegios, somos blancos, sanos pero también queers que han tenido acceso a una educación y somos conscientes de la responsabilidad que eso comporta. Femmes of Power era en parte una respuesta al gran revuelo montado en torno al movimiento drag king ya que la mayoría de la sociedad y el movimiento LGTBI enfatizamos los privilegios masculinos por sobre de los femeninos. También fue creado porque paralelamente existia un vital y en auge movimiento de mujeres que estaba siendo infravalorado e ignorado. Femmes of Power es un reto para las mentalidades misóginas.

¿A que actividades te dedicas actualmente?
Pues ahora para abril(2009) estoy preparando una actuación para el GENDER FUSION de Chicago; publicar en los EEUU, en San Francisco concretamente, Femmes of  Power y rendir homenaje a mi madre que murió hace ahora dos años. También estoy haciendo una investigación sobre lo que implica el hecho de ser blanco, escribiendo sobre los privilegios de estos y trabajando en un proyecto en soporte fotográfico y vídeo sobre la creación de una comunidad intercultural y relacionándola con categorías como pertenencia, inmigración o integración. Inicialmente estoy centrándome en Suecia pero ojalá pudiera expandirlo por todos lados.
Defínenos:”El exterminador del género. Un terrorista del genero a tiempo parcial”. ¡Nos encanta!
Un exterminador del género elimina  el concepto de género. Un terrorista del género es aquel que rechaza conformarse con las restricciones derivadas de la representación del género y que por tanto crea terror en aquellos que creen por hábito en un sistema basado en el paradigma binario del género. Sinceramente yo tampoco tengo claro que tipo soy. Paso como hombre y en la mayoría de los casos nadie sospecha que soy intersex o trans, pero eso también depende de donde te encuentres. En San Francisco hay mucha gente como yo. Estoy realizando pequeñas intervenciones estos días. Cuando paso por las aduanas, marco las dos opciones de hombre/mujer en la casilla del sexo de las tarjetas de embarque. Lo he hecho ya casi un centenar de veces y nunca nadie me lo ha cuestionado o pedido explicaciones. La primera línea de guerrerxs del género de allí fuera que no pasará o no querrá pasar como algunas mujeres MTF o algunas “mujeres barbudas” son gente a la que todxs deberíamos mostrar agradecimiento y comprensión. Sinceramente me encantaría vivir en un mundo donde fuera seguro vestirme como quisiera y maquillarme como me diese la gana. Por otra parte creo que es muy importante NO crear jerarquías de transgresión sino ser muy conscientes de los privilegios de unos respecto a los otros. Todos tomamos decisiones en la forma en que actuamos y nos presentamos basados en muchos factores y no se debería discriminar o difamar a nadie por el hecho de no ajustarse a los “patrones queers”.
Jax Back.Londres.1991
Jax Revealed.Londres.1991
Torso Hermafrodita.Londres.1999


Entrevista con Del Lagrace Volcano para el Parole de queer 1.(Mayo-2009)


Podeis encontrar más información sobre Del Lagrace Volcano en su propia web: