Gloria Fortún es poeta y traductora feminista. Su poemario “Todas mis palabras son azores salvajes (2021)” y su novela poética “Roja catedral” (2022) han sido publicados en la editorial “Dos Bigotes”, casa también del libro “Mi autobiografía de Carson McCullers”, escrito por Jenn Shapland del que es traductora. Es la creadora del emblemático taller de las “Escritoras Peligrosas”.
-Eduardo Nabal: ”Mi autobiografía de Carson McCullers” es algo más que una aproximación a la figura de la célebre pero algo olvidada y menos leída autora de Columbus. Es un ejercicio sensible de vampirización de aquellos aspectos que Jenn Shapland encuentra confluyentes con su propia trayectoria como mujer algo en los márgenes, como escritora, como lesbiana y como mujer sujeta a enfermedades personales y otras de raíz social. Sin duda invita a muchas lectoras a hacer lo mismo en la medida de lo posible, casi como terapia ante el “canon literario” y sus dictados.
-Gloria Fortún: El canon literario supuestamente universal no es sino un listado subjetivo confeccionado por quienes tuvieron el privilegio de poder hacerlo, que sobra decir que fueron los hombres blancos heterosexuales y cis. Hay una reflexión muy importante en el libro de Shapland: ¿Cómo (nos) contamos nuestras vidas y cómo contamos las vidas de otras personas? ¿Cómo nos las han contado? ¿Qué se verbaliza, qué se silencia? Esto es especialmente importante para la comunidad lgtb. ¿Quién era en realidad esa tía soltera, presente en tantas familias, que vivió toda su vida con una amiga? ¿Y lo que nos hubiera consolado, sustentado, saber que autoras como Carson McCullers fueron lesbianas? Hay otra idea constante en el libro que me llena de rabia: como mujeres, nos han robado nuestra historia literaria. Y como mujeres lesbianas, ya ni te cuento. Y esto se puede extender a toda la gente queer. Es muy duro, es una herida muy grande. El ejercicio de memoria histórica lésbico-feminista que hace Shapland es sanador, es justicia poética.
-Eduardo Nabal: Hay un momento muy lúcido en el que Shapland, en el momento de la subida al poder de Donald Trump, nos quiere transmitir que la historia no avanza de atrás adelante, barriendo prejuicios sino de manera centrífuga. Las noticias de hoy en día parecen certificar bien su tesis.
-Gloria Fortún: Habitamos un mundo capitalista que se rige por una obsesión por lo lineal, pero la vida es cíclica y tiene sus inviernos y sus primaveras, una y otra vez. La propia vida de Carson, de “iluminaciones y fulgores nocturnos”, como los llamaba la autora sureña, muestra sus épocas de creatividad y de oscuridad, marcadas por sus amores, sus enfermedades y sobre todo por sus escritos.Shapland mezcla los acontecimientos que sucedían mientras investigaba a McCullers, como la llegada de Trump a la presidencia, con su vida y la de la escritora, reflejando de una forma muy lúcida, como bien dices, esta concepción cíclica de la existencia.
Eduardo Nabal: He leído el libro de Shapland casi después de los memorables diarios de Patricia Highsmith y se me antojan dos mujeres muy diferentes frente a la creación, la vida, el amor por otras mujeres y la actitud ante la labor creadora. Personalmente encuentro más semejanza en el mundo de McCullers con el de su amigo Tennesse Williams aunque el formato de la novela y el teatro marcaran senderos bien distintos.
Gloria Fortún:¡Estoy de acuerdo! Ambas tienen muchos datos biográficos en común: son contemporáneas (aunque Highsmith llegó a vivir hasta mediados de los noventa ay McCullers falleció a finales de los sesenta), estuvieron en la colonia de artistas de Yaddo, eran lesbianas, tímidas, grandes bebedoras, sureñas (Patricia de Texas y Carson de Georgia), por supuesto escritoras…Sin embargo, Highsmith tiene en sus diarios un montón de comentarios antisemitas y racistas, mientras que Carson vivía con gran dolor el trato que recibían las personas afroamericanas en su país. Los personajes de Carson reflejan esta cercanía con la gente marginal y eso la aproxima más, sin duda, a su gran amigo Tennesse Williams. Sería demasiado simplista tildar a Carson de “buena” y a Patricia de “mala”. Ambas eran mujeres llenas de contradicciones y además, escribían géneros muy distintos. Por cierto que Highsmith visitó a McCullers en Nyack, junto con dos de sus amantes. Se tomaron unas copas y pasaron una tarde muy agradable, como habrás leído en los diarios.
-En el libro de Shapland “la herejía queer” no se limita a las sexualidades entonces consideradas “desviadas” sino a posicionamientos sociales, cuando menos, iconoclastas. Nuevo México, el profundo Sur de EEUU, la denuncia de la discriminación racial o el capacitismo. Se ve que la autora quiere convertir esas opresiones en espacios de posibilidad, en otras formas de ver el mundo.
-Gloria Fortún: Shapland califica a McCullers de queer no tanto por su sexualidad, sino por su modo de vida. Incluso si no hubiera llegado a acostarse con ninguna mujer, seguiría siendo queer. Las personas con las que Carson se relacionaba eran disidentes de la norma como ella. En la February House, donde convivía con homosexuales que también eran artistas, una familia elegida y una comunidad frente al individualismo capitalista de su país, su marido gay reprimido, su forma de vestir andrógina, su posicionamiento político, su amistad con la gente marginal, su negativa a llevar una vida como la que se exigía a las mujeres de su época… me encanta eso que dices de los espacios de posibilidad. Para Carson fue mucho más duro porque eran tiempos de macartismo y opresión, pero Shapland se inspira en ella para su propia vida y mediante su labor de memoria histórica reconoce simbólicamente que sin las que nos precedieron no sería posible para nosotras.
-Eduardo Nabal: Pero si, por ejemplo, Williams tuvo bastante suerte con el cine en el caso de McCullers las aproximaciones fílmicas a su obra han sido muy desiguales. Yo cito tres que me gustan a pesar de que alguna de ellas se considera “grotesca”: “Frankie y la boda” de Fred Zinnemann, “Reflejos en un ojo dorado” de John Huston y “La balada del café triste” de Simon Calow. Otros libros de McCullers y su mismo universo poético son muy dificil de trasponer a la pantalla o incluso al teatro como hizo Edward Albee.
-Gloria Fortún: Fred Zinneman, John Huston… las películas basadas en los libros de McCullers han sido dirigidas por los grandes de Hollywood y yo la he gozado. Pero qué difícil es trasladar su gótico sureño a la pantalla, sobre todo porque en sus novelas es mucho más importante lo que no se dice que lo que se dice.
Entrevista a Gloria Fortún por Eduardo Nabal.
Más info sobre ”Mi autobiografía de Carson McCullers” en la web de Dos Bigotes.