¿Un poemario de Audre Lorde? ¿Por qué
ahora? ¿Por qué Audre Lorde en una colección de poetas mujeres casi todas en
lengua castellana? Lorde ha forjado y revisado nuestra forma de hablar y pensar
desde el feminismo negro de los sesenta y algunos de sus versos y textos son
verdaderos lemas del movimiento feminista como aquel de “Las herramientas del
amo nunca desmontarán su casa”. ¿Por qué no se hizo antes? Sea como fuere bienvenida sea la traducción,
por fin, en edición bilingüe y publicada por la editorial Torremozas de este
“Unicornio Negro” uno de los grandes libros de poesía de una autora mítica y el primer poemario de Audre Lorde que se traduce al castellano.
“La poesía no es un lujo” para Audre
Lorde, una de las voces más encendidas y comprometidas del feminismo negro
estadounidense. “El unicornio negro” es su primer poemario traducido y editado
en castellano tras su novela autobiográfica “Zami” y su libro de ensayos “La
hermana y la extranjera” (publicados en Horas y Horas); libros hijos de su
tiempo pero plenamente vigentes en sus alegatos contra el racismo, el sexismo,
la violencia y con su reivindicación del erotismo lesbiano, la sororidad, la
sonoridad y la búsqueda de la
autenticidad y la diversidad más allá de las fronteras simbólicas de un país
marcado por las diferencias socio-económicas y la falta de reconocimiento de lo
que se considera “otredad”. Y desde esa “otredad” nos habla y nos recita sin
cansancio Lorde más allá de los clichés y en búsqueda del lenguaje y la “casa
de la diferencia” en lugar de la seguridad de una sola diferencia en
particular.
Audre Lorde. "El unicornio negro" |
“El unicornio negro” es todo aquello y aquel que para Lorde no
conoce la solidaridad y el amor, la empatía y se rige por los parámetros del
capitalismo y el racismo sexista del lugar donde habita, ese monstruo impreciso
que aparece en las genealogías y los testamentos de muchas generaciones
marcadas por la ira y la codicia hacia los suburbios del consentimiento. El amor, la sexualidad y el erotismo entre mujeres es una de las
grandes claves del libro en el lenguaje sensual, tórrido, irónico y sin tapujos
de Lorde que nunca pierde una mezcla de soltura y comedido barroquismo, con un
claro compromiso social que se hace todavía más explícito cuando se centra en
episodios concretos de violencia - real y simbólica- contra las mujeres o violencia racial en
EEUU, donde los chicos negros son asesinados por policías blancos que siempre
salen impunes de sus crímenes racistas. La violencia, la violación, el
apartheid silencioso, pero también la resistencia y la apropiación de nuevos
mundos. Adrienne Rich recibió el Premio Nacional de Poesía y lo compartió con
Alice Walker y Audre Lorde que compartían el sueño de un lenguaje común desde
la diferencia que en el momento suponían las construcciones racializadas y el
feminismo lesbiano.
Audre Lorde |
También el miedo a la soledad, a los
amores que se acaban, a los que comienzan, los que perduran, a la diferencia de
existir y expresarse en un entorno sexista y racista pero hacerlo sin ningún
aspaviento victimario sino con una gran valentía, humor, calidez y honestidad
de mujer, lesbiana, guerrera, poeta y madre, que luchó en el mercado laboral de
los cincuenta (como cuenta en su biomitografía) sin cesar su labor de poeta
incombustible. Audre Lorde se pelea con las formas convencionales en la
búsqueda de un lenguaje y propio y común, sabiendo que “Las herrramientas
del amo nunca desmontarán su casa”, mezclando melancolía y pasión, a
sabiendas de que es necesario racializar, feminizar, decolonizar el verbo y
desmontar los tópicos sobre el amor romántico.
Ya en su biomitografía “Zami”, Lorde nos
dice “quisiera ser un hombre y una mujer, tener acceso a ambos mundos” en un
aspecto erótico absolutamente revolucionario para el feminismo clásico al
tiempo que añade la negritud para introducir la cuestión de una
interseccionalidad de la que hoy hablamos sin miedos. Interseccionalidad,
opresiones que se cruzan como nuevos espacios de posibilidad. Como reza la contraportada del libro:
“Audre Lorde es una de las escritoras esenciales del feminismo afroamericano,
implacable en su lucha por los derechos civiles, contra el racismo y la
opresión y represión de la mujer”. Una antecesora de la ruptura del modelo
clásico de mujer del feminismo institucional.
Como dice la propia Lorde “Escribo
sobre todo para mujeres que no pueden hablar, no puede verbalizar porque están,
estamos, aterrorizadas, pues se nos ha enseñado a respetar el miedo en lugar de
respetarnos a nosotras mismas. Se nos ha enseñado a respetar nuestros miedos,
pero debemos aprender a respetarnos a nosotras mismas y nuestras necesidades”
RETRATO
Las mujeres fuertes
conocen el sabor
de su propio odio
yo siempre debo estar haciendo nidos en
un lugar ventoso
quiero la seguridad de los números
oblicuos
que no me incluyen a mí
una mujer hermosa
con momentos feos
secreta y paciente
como los elefantes burlones y pesados
que sirven a la ambición de Aníbal
mientras se balancean de camino a casa.
ELOGIO DE ALVIN FROST
[…]
El día que siguió a tu
entierro
Johnny Wade se escurrió de su silla
sobre la alfombra de la cantina estudiantil
y falleció allí en el suelo
entre Psicología Anormal y una taza de café negro
a medio terminar.
Los guardias de la cantina se apresuraron
a sacarlo por la puerta trasera entre clase y clase
y no supimos hasta una semana después
que estaba enfermo siquiera.
Estoy cansada de escribir homenajes a hombres negros
que estaba a punto de conocer
fatigados como higueras
abrumados como un mirto crepe
como un mirto por toda la sustancia negra que se derrama
antes que la tierra pueda acogerla.
Estoy cansada de las muertes santas
de iluminaciones ulcerosas accidentes cerebrales
psicologías de los oprimidos
donde la salud mental es la habilidad
de reprimir
la consciencia de la crueldad del mundo.
Johnny Wade se escurrió de su silla
sobre la alfombra de la cantina estudiantil
y falleció allí en el suelo
entre Psicología Anormal y una taza de café negro
a medio terminar.
Los guardias de la cantina se apresuraron
a sacarlo por la puerta trasera entre clase y clase
y no supimos hasta una semana después
que estaba enfermo siquiera.
Estoy cansada de escribir homenajes a hombres negros
que estaba a punto de conocer
fatigados como higueras
abrumados como un mirto crepe
como un mirto por toda la sustancia negra que se derrama
antes que la tierra pueda acogerla.
Estoy cansada de las muertes santas
de iluminaciones ulcerosas accidentes cerebrales
psicologías de los oprimidos
donde la salud mental es la habilidad
de reprimir
la consciencia de la crueldad del mundo.
Afuera
En el centro de una ciudad cruel y espectral
todo lo natural resulta extraño.
Crecí en una auténtica confusión
entre pasto, hierbajos y flores
y nada era «de color»
salvo la ropa en la que no debía usar lejía
y nadie me llamó negra
hasta cumplir los trece.
Nadie linchó a mamá
pero lo que ella no fue
había blanqueado todo en su cara
menos furias muy privadas
y eso hizo que los otros niños
me llamaran mocosa amarilla en la escuela.
Y cuántas veces me he llamado negra
en la confusión de mis huesos
negra
como médula que implica carne
y cuántas veces me has cortado
vertiendo en las calles
mi propia sangre
¿quién crees que soy
que temes convertirte
o qué ves en mi cara
que no hayas rechazado aún
en tu propio espejo
qué rostro ves en mis ojos
que un día tú
llegarás
a conocer como propio?
A quién maldeciré por haber crecido
creyendo en la cara de mi madre
o por haber vivido con miedo a la recia oscuridad
que lleva la forma de mi padre
ambos me han marcado
con su amor ciego y terrible
y ahora estoy ávida de mi propio nombre.
En los barrancos de sus graves silencios
madre clara y padre pardo
busco ahora mi propia forma
pues nunca se refirieron a mí
sino como suya
y las partes que me hacen tropezar y caer
las percibo aún como prueba
de que yo soy bella
dos veces
bendecida por las imágenes
de quienes fueron
y de quienes pensé una vez que eran
de aquello hacia
y por donde avanzo
y de lo que necesito
dejar atrás
sobre todo
bendecida por mis yos
que han venido a juntar
los añicos de nuestros rostros.
[...]
AUDRE LORDE ("El
unicornio negro")
Reseña de Eduardo Nabal
Información de la editorial Torremozas sobre "El Unicornio negro"
Edición bilingüe
Traducción e introducción: Jimena Jiménez Real
AUDRE LORDE (Nueva York, 1934 – Saint Croix, 1992) es una de las escritoras esenciales del feminismo afroamericano, implacable en su lucha por los derechos civiles, contra el racismo y la opresión de la mujer.
El unicornio negro, publicado en 1978, es un poemario que, desde una gramática y genealogía propias, busca explorar la pluralidad de identidades y las opresiones de una mujer afroamericana y lesbiana en los Estados Unidos en la década de los años 70, cuyos temas son tan variados y trascendentales que llegan hasta nuestros días intactos.
Este libro, en edición bilingüe, es el primer poemario de Audre Lorde que se traduce al español.