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ENTREVISTA A GLORIA FORTÚN POR SU TRADUCCIÓN DEL CLÁSICO “EL POZO DE LA SOLEDAD” por Eduardo Nabal



Gloria Fortún (Madrid, 1977) escribe porque ama y sueña con escribir como ama. Su profundo compromiso con la literatura —su amante más longeva— la ha llevado a convertirse en escritora, poeta, traductora y profesora. En torno a su pasión por la palabra ha creado una comunidad de escritoras conocida como las Peligrosas, un espacio de libertad, aprendizaje y rebeldía.

Su oficio está atravesado por una larga trayectoria en el activismo feminista y lésbico, que impregna su voz poética de deseo, memoria y resistencia. Autora de libros como "Todas mis palabras son azores salvajes" y "Roja catedral", Fortún celebra la escritura como un acto de amor y de insumisión.




La aparición de “El pozo de la soledad” fue todo un escándalo. Hubo numerosos juicios y campañas contra la obra. Pero no ocurrió lo mismo con otras novelas adelantadas a su tiempo en el aspecto queer como “Orlando” de Virginia Woolf. ¿Qué es lo hizo que el libro de Radclyffe Hall provocara tanta hostilidad?


El pozo de la soledad fue una novela controvertida desde su publicación en 1928 debido a su retrato explícito del lesbianismo con una protagonista claramente lesbiana tanto en su apariencia como en sus relaciones. En una época en que la sexualidad no normativa era un tema tabú o que se condenaba, retratar a un personaje con seriedad y dignidad resultó cuanto menos chocante y efectivamente, su autora, Radclyffe Hall, acabó siendo juzgada por obscenidad en Reino Unido.

Es una excelente pregunta por qué Orlando, novela de temática queer escrita por Virginia Woolf que apareció ese mismo año, no corrió la misma suerte. Te diría que El pozo de la soledad es una historia realista y política, mientras que Orlando es una fantasía y una sátira. El hecho de que Woolf fuera ambigua hizo que pudiera ser considerada una metáfora y no un manifiesto. Donde Radclyffe pedía ser aceptada por el hecho de existir, Virginia proponía un desafío a las convenciones que se presentaba como un juego de la imaginación.


-El personaje de Stephen ha sido criticado en ocasiones por ciertos sectores del mundo LGTB por su abierta masculinidad que consideraban tópica y salida de las categorías clínicas. Hoy podemos leer al personaje de distinta forma. ¿Que opinas al respecto?


Es maravilloso que la literatura esté viva y los parámetros de lectura cambien con los tiempos. Ahora podemos leer a Stephen como una butch, pero también como una persona trans.

El pozo de la soledad es producto de tiempos en los que la homosexualidad es estudiada por los sexólogos y empieza a ser considerada una enfermedad y no un delito. Esto ahora puede resultarnos patologizante y terrible, pero en aquel momento la compasión fue una reivindicación importante para que las personas queer no fueran encarceladas o apedreadas.


-Stephen, la protagonista, tras una difícil adolescencia encuentra un grupo de mujeres lesbianas y conoce el amor en su plenitud sin embargo Hall no llega a dar a la historia un final feliz. ¿Era un grito de protesta?


Efectivamente. Hall decide no dar un final feliz a la historia de Stephen (en el punto en el que se detiene El pozo de la soledad, quién sabe lo que ocurrió después) para reflejar la dura realidad social de la gente queer a principios del siglo XX y para despertar en les lectores la compasión y el deseo de justicia. Su novela es un espejo del rechazo social.

En ese final religioso también hay una alusión a Cristo, que muere por nuestros pecados. Ella se ofrece en sacrificio para que otras como ella sean aceptadas. Su lamento no es solo una protesta, sino una oración.


-Hasta que punto el libro está basado en las experiencias de una autora que también se vestía con atuendo considerado masculino, pertenecía a la alta sociedad inglesa, era una escritora de éxito y bastante religiosa.


El pozo de la soledad es una novela claramente autobiográfica. Tras una infancia y adolescencia de maltrato e infelicidad, una herencia permite que Radclyffe Hall se independice. Lo primero que decide es mandar hacerse trajes de sastre y empezar una vida abiertamente lesbiana. Su relación más duradera fue con Una Troubridge, en quien se inspiró para crear a Mary LLewellyn. Muchos otros personajes estaban modelados con personas reales. 

Como bien dices, Hall era profundamente religiosa. Concebía la homosexualidad como una creación de Dios que el mundo no comprendía. Se sentía más una mártir que una rebelde. 

Yo diría que El pozo de la soledad es ficción en la forma y autobiografía en el espíritu.


Autora:Radflyffe Hall
Traducción: Gloria Fortún 
Portada e ilustraciones: Carla Berrocal



-¿Cuál crees que ha sido la influencia sobre obras posteriores que abordan el lesbianismo, la masculinidad femenina o el transgenerismo como "Gentelman Jack"?


Es una pregunta compleja. Por una parte, El pozo de la soledad es un texto fundacional que abrió la puerta a muchos otros, pues fue el primero en nombrar abiertamente el deseo lésbico y abogar por la compasión y por el reconocimiento público. Muchas otras escritoras, como Djuna Barnes en El bosque de la noche (1936) o Patricia Highsmith en Carol (1952) siguieron su estela.

Por otra parte, el trágico personaje de Stephen se considera un arquetipo limitante, y en este sentido, a pesar del reconocimiento de su importancia, hay autoras que lo desmontan como Rita Mae Brown en Frutos de rubí (1973), Jeanette Winterson en Las naranjas no son la única fruta (1985) o Sarah Waters en El lustre de la perla (1998).

Mencionas los diarios de Anne Lister, “Gentleman Jack”, que vivió en el siglo XVIII. En la época de Hall aún no habían sido publicados, pero cuando fueron redescubiertos, se pudieron estudiar teniendo como referencia la novela de Radlyffe Hall, que dio a les investigadores el  vocabulario para hacerlo.

Una novela que para mí es una clara actualización de El pozo de la soledad es Stone Butch Blues de Leslie Feinberg, escrita en 1993.