Portada de "Dysphoria mundi" de Paul B. Preciado
(...) En el patriarcado colonial, el silencio había sido durante años la más eficaz de las técnicas de control y de dominio. Y ahora, ese régimen de poder, de captura cognitiva y de explotación sexual que se llama Iglesia católica empieza a derrumbarse. La publicación del informe CIASE, sobre los cientos de miles de crímenes sexuales cometidos en y por la Iglesia francesa desde 1950 producen el efecto de una explosión en el lenguaje. No sólo los enunciados están cambiando: los cuerpos silenciados se convierten ahora en sujetos de la enunciación. Contrariamente a lo que ocurrió, por ejemplo, con aquellos que fueron asesinados en los centros de educación para niños indígenas en Canadá o Australia, les niñez abusades recuerdan y hablan.