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LAS MALAS por CAMILA SOSA VILLADA. Reseña EDUARDO NABAL

Camila Sosa Villada, autora de "Las Malas"

La publicación por estos lares de la espléndida novela, llena de elementos autobiográficos, “Las malas” nos pone frente a la valentía y la trayectoria, entre la creación y la reivindicación, de su autora, Camila Sosa Villada. Una de las grandes promesas de la literatura argentina de estos tiempos que combina la narrativa, el teatro y el ensayo autobiográfico. La novelista, mujer transgénero, nacida en pueblo cercano a la ciudad argentina de Córdoba nos acerca, con fluidez y hondura,  a su entrada en un grupo de prostitutas, consideradas popularmente como “travestís”, que se unen contra la adversidad y a la caza de posibles clientes en el Parque de Sarmiento, en  el corazón herido de la gran urbe.


La autora mezcla el periplo de estas jóvenes trabajadoras del sexo, bien diferentes entre sí, con sus recuerdos dolorosos de infancia y adolescencia, cuando tanto ella como su madre, fueron objeto de la violencia paterna y el rechazo en el seno del  núcleo rural. Sus imágenes del pasado saltan como chispazos en medio de una narración lúdica, trepidante y lúcida que es también un grito de rebeldía contra la desigualdad y la intolerancia hacia las personas transexuales sin recursos, en muchas zonas de su país. La joven Camila, como otras  de sus compañeras de andanzas, cae bajo el manto protector de la veterana Encarna, una suerte de madre espiritual de todas ellas, que huyó del franquismo en España y, ahora, es capaz de adoptar un bebé que encuentran abandonado entre la maleza del sitio por el que vagan y  donde trabajan. La noche, la luna y los árboles parecen protegerlas de una continuada vigilancia policial, de la que casi todas guardan recuerdos funestos, y favorece los encuentros clandestinos con aquellos que compran, desde el anonimato, sus servicios sexuales. 


Mezclando la crudeza y la poesía, el realismo y la magia,  Sosa Villada domina a la perfección todos los registros del lenguaje, desde el argot de la calle hasta las evocaciones míticas o literarias de mayor calibre. Lo que distingue a Camila de sus compañeras de profesión es que, a la vez que se prostituye, acude a la universidad, disfrazándose, para la ocasión, de esa imagen de provechoso varón heterosexual que han empezado a denostar, todas ellas, en su particular imaginario visual. Sorprende la solidaridad que, al menos en la primera parte del libro, surge entre esas jóvenes trans que, subidas en altos e incómodos tacones, buscan la forma de ganarse la vida, en un entorno marcado por la pobreza, el olvido y el estigma.

Una novela más que necesaria en estos tiempos en los que debates académicos pero, desligados de la realidad,  acerca de la prostitución y los derechos de las personas que no se ajustan a los patrones de género establecidos han cobrado vigencia. Pero la autora rehuye el sentimentalismo o el melodrama fácil y consigue mezclar los momentos de humor y dolor, conjugando personajes fuertes y débiles, que  verán su unión desvanecerse cuando el fantasma del sida y, sobre todo,  la irrupción de las “fuerzas del orden” iluminando el parque, de comienzo a una sangrienta cacería ciudadana contra “las travestís”. Pequeñas celebraciones en la pensión de Encarna, como el bautizo de su hijo adoptado , refugio para las compañeras maltratadas por sus propias parejas o por sus clientes enfurecidos, encuentros y rupturas sentimentales, se suceden con agilidad y sin descuidar nunca la fusión entre la belleza, la ironía y la sordidez en el rico lenguaje de esta novela única, fresca y subyugante.

“Las malas” es además del periplo accidentado de una joven que ha abandonado su pueblo en busca del anonimato de la gran ciudad, un fresco  lleno de contrastes sociales, donde aparecen inmigrantes de otros continentes, apodados como “los hombres sin cabeza”, elementos prepotentes de las clases altas, la conducta siempre imprevisible de los variopintos clientes y una extraña mezcla de ternura y desgarro en la forma de narrar esos episodios, fijados de una u otra forma en la memoria y la retina de su propia autora. Camila Sosa Villada es además guionista de televisión, performer, actriz protagonista en la película “Mía” de Javier Van Couver y una incansable activista y  defensora por los derechos sociales en su país. Con “Las malas” nos demuestra, con contundencia, un inusitado talento como escritora, capaz de atrapar al lector en un viaje,  hipnótico y  cambiante, a través de un mundo "prohibido", “ignorado” y "maltratado" que ella conoció muy de cerca.


"Las malas". Camila Sosa Villada. Editorial Tusquets

Reseña de Eduardo Nabal

Sinopsis: "Cuando llegó a Córdoba capital para estudiar en la universidad, Camila Sosa Villada fue una noche, muerta de miedo, a espiar a las travestis del Parque Sarmiento y encontró su primer lugar de pertenencia en el mundo. "Las malas" es un rito de iniciación, un cuento de hadas y de terror, un retrato de grupo, un manifiesto explosivo, una visita guiada a la imaginación de su autora y una crónica distinta de todas. En su adn convergen las dos facetas trans que más repelen y aterran a la buena sociedad: la furia travesti y la fiesta de ser travesti. En su voz literaria conviven Marguerite Duras, Wislawa Szymborska y Carson McCullers, con tonada cordobesa. Las malas es esa clase de libro que, en cuanto terminamos de leer, queremos que lo lea el mundo entero"