-Eduardo Nabal: Hola Javi. Lo primero agradecerte en nombre de mucha gente tu enorme trabajo de acercar nuevos y no tan nuevos ensayos que han abierto brechas en aquello que llamamos “teorías queer” con tu ingente labor como traductor. Gracias a ti hemos podido acercarnos a nombres tan dispares como Jack Halbestram, Ann Cvetkovich, Sarah Ahmed y un largo etcétera. En “Visiones rebeldes” vemos de nuevo un intento de descolonizar “lo queer”, o sea deslocalizar las prácticas de resistencia a lo blanco, heteronormativo y uniformizador lejos del pretendido dominio anglosajón.
-Javier Sáez: En efecto este libro me parece importante porque tenemos pocas obras que traten las disidencias sexuales en Oriente medio, en Asia o en África. Es cierto que cuando hablamos de lo queer a veces hablamos desde un lugar bastante colonial (aunque los movimientos queer precisamente denunciaron el imperialismo blanco y colonial). Sin embargo aquí la autora consigue desplazar esa mirada con una lectura diferente desde otros países que no suelen aparecer en los relatos sobre la diversidad sexual. Solemos ver Asia o África como lugares muy heterosexualizados o como lugares “atrasados”; sin embargo vemos en este libro que las personas tienen deseos sexuales diversos en todas partes y que encuentran formas de llevarlos a cabo. En ese sentido me interesa mucho su análisis de los trabajadores de origen indio o bangladesí que están en Emiratos Árabes durante décadas. Se ha hablado mucho de la explotación de estos trabajadores pero se omite que han sido capaces de desarrollar espacios de sexualidad entre hombres que no suelen aparecer en las crónicas sobre estos países.
-E.N: Gayartri Gopinath cree que las prácticas artísticas y las performances sociopolíticas de diversos lugares han dejado una memoria pictórica, fotográfica, fílmica, sociocultural, que merece la pena rescatar. Territorios tan variopintos como los Emiratos Árabes, La India, la frontera mexicana o el Líbano son lugares de explosión de nuevas formas de concebir el arte como autobiografía. Ahora bien, quien escribe el libro comienza haciendo una distinción fundamental entre “lo regional” y lo nacional y los efectos de todo ello sobre “lo personal” ¿Puedes explícanos el propósito de esta aclaración?
-La distinción qué hace Gopinath entre los regional y nacional es importante porque solemos asumir la mirada colonial incluso en conceptos como “la India”, “Pakistán”, “Bangladesh”, etc., que son construcciones recientes creadas por los colonizadores. Son “naciones” en el sentido moderno que ocultan la diversidad interna de etnias, lenguas, experiencias culturales… Es decir, lo regional es muy importante para recuperar esas vivencias locales. Por ejemplo la India no es una unidad homogénea, tiene cientos de lenguas y de etnias, muchas religiones, y también vivencias de diversidad sexual complejas que la autora aborda en este libro (su vivencia personal en la región de Malabar es un buen ejemplo). La paradoja de este nacionalismo es que crea una nueva identidad homogénea, como ha ocurrido en la India, que vuelve a anular las diferencias dentro del “nuevo” país. Volviendo a tu pregunta, esto también tiene efectos en lo personal: por ejemplo la diáspora se muestra en este libro como algo muy complejo, hay una emigración por persecución homófoba, lesbófoba, transfóbica hacia países europeos o a Estados Unidos. Existe ese mito de que solo puedes “liberarte” huyendo a esos espacios blancos y capitalistas: el Castro en San Francisco, Chueca, Londres, etcétera. Pero el libro muestra que esos espacios tampoco reciben bien a las personas de países subalternos, de países de África o Asia, hay un racismo evidente en muchos espacios LGBT, y un discurso homonacionalista, como ha analizado a fondo Jasbir Puar. También ese relato de la “liberación LGTB” oculta que hay estrategias internas en lo regional o lo local de muchas personas que generan espacios de supervivencia sin necesidad de emigrar.
-E.N: Otro punto que me ha llamado la atención es la necesidad que tienen los inmigrantes mexicanos de adaptarse a los modelos canónicos de familias LGTB “más respetables” y al uso para poder ser aceptados en EE. UU.
-Se trata de un fenómeno muy interesante según el cual muchas personas migrantes LGTB intentan dar una “buena imagen” para ser aceptados e “integrarse” como se suele decir. Esto afecta también la propia diversidad sexual, parece que solo hay un modelo disponible que es el matrimonio, la familia, la pareja, la fidelidad, para las personas LGTB. Vemos que muchas de estas personas inmigrantes gays o lesbianas asumen esa modelo que en el fondo es muy heterocentrado y abandonando otras prácticas más libres y más complejas. El precio a pagar por esa aceptación y esa integración es perder la riqueza que habían generado las minorías sexuales. Por eso este libro es importante, porque explica la diáspora pero también los problemas que esta conlleva cuando te instalas en el nuevo país si eres lesbiana, gay o transexual.
-E.N:Existe una leyenda sobre el aperturismo cultural de “El Líbano” a las expresiones artísticas queer, desde el cine a la música, sin olvidar los retratos de los que se nos habla y se nos muestran en “Visiones rebeldes”. Pero ¿podemos fijar este tipo de relatos en territorios marcados por el militarismo, la diáspora y los continuos cambios sociales?
-Bueno, en realidad estos territorios están marcados por el militarismo sobre todo a partir del colonialismo occidental, que ha sido desastroso en todo Oriente Medio y que sigue siéndolo actualmente con las políticas de intervención de Estados Unidos en la región y con el apoyo militar y político al Gobierno colonialista de Israel y al gobierno autoritario de Turquía. Lo sorprendente es que a pesar de esta violencia, cambios sociales y guerras, muchos de estos países han seguido generando creaciones artísticas muy interesantes (incluso una erotización de la guerra, que se menciona en el libro con ese deseo hacia los guerrilleros palestinos o libaneses). Hablamos del Líbano, Jordania, Siria, Irán, Palestina, Turquía, etcétera, donde muchas personas han sido capaces de generar espacios de diversidad sexual diferentes que no se pueden interpretar con categorías modernas europeas como “gay” o “lesbiana”. Lo que aprendemos de la crítica decolonial es que las propias categorías de análisis o políticas están marcadas por una mirada colonial (quizá incluso la palabra “queer”), por eso este libro supone un giro importante en las miradas sobre la diversidad sexual y el colonialismo. También es original por lo que comentas y es que utiliza las expresiones artísticas (el cine, la fotografía, la pintura) para mostrar esas otras miradas, esos otros cuerpos y sexualidades, y esa tensión de ida y vuelta entre los regional, lo nacional y lo internacional.
(Javier Sáez es activista marica, escritor y traductor. Su última publicación es el Libro de Buen Vmor. Sexualidades raras y políticas extrañas, editado con Fefa Vila. Se acaba de publicar su nueva traducción Criaturas salvajes. El desorden del deseo, de Jack Halberstam, EGALES)
Visiones rebeldes. Las prácticas estéticas de la diáspora queer.
Gayatry Gopinath