Itziar Ziga |
Por cuestiones biológicas, médicas y políticas, tendrás un
50% de probabilidades de llegar a este mundo machista siendo catalogada como
mujer. Siendo mujer, tendrás bastantes probabilidades de sufrir violencia
machista concreta y grave contra ti: la ONU estima que una de cada tres mujeres
en el mundo somos víctimas del patriarcado, es decir, somos dañadas por hombres
de una manera significativa que condiciona y define nuestras vidas. Y no
tendrás ninguna posibilidad de refugiarte a salvo de dicha violencia machista.
¿Puede una persona de color no blanco librarse de la experiencia del racismo?
Las veces que seas discriminada, acosada, ignorada, expoliada, humillada,
maltratada y/o violada por ser mujer, el mundo mirará para otro lado, no te
escuchará si alzas la voz, te culpará de haber provocado que te dañen, te
acusará de mentir y/o te victimizará de una manera turbia y degradante.
También tendrás bastantes posibilidades de que te obliguen a
morir: la violencia machista es la primera causa de muerte entre mujeres de 15
a 44 años en este mundo, por delante del cáncer. Lo dice la ONU, ya se sabe,
ese gran chiringuito feminista.
“Ser tratada de manera injusta no puede ser una
parte intrínseca de lo que supone ser mujer”, afirma clarividente la actriz
Sienna Miller. Lo hemos dicho de millones de maneras y nunca nos cansaremos
de volver a explicarlo. Siendo mujer en un mundo machista, encontrarás una red
energizante y revolucionaria tejida entre nosotras desde que existe el
patriarcado y llamada feminismo.
Cada vez que escucho lo de los chiringuitos feministas,
fantaseo con un montón de amigas a las que echo de menos. Centrifugadas por el
mundo que andamos. Pletóricas y semidesnudas nos imagino, como siempre,
apostadas esta vez en una barra playera. Ahora mismo suena afro beat, pero
vendrán desde Shakira hasta Dolly Parton. Bebiendo cócteles que no se han
inventado, bailando, charlando, riendo, disparatando. Durmiendo entre hermanas
de díscolos géneros, sintiéndonos por ese ratico chiringuitero a salvo.
Follando asaltadas dulcemente por las olas. Cuantas ideas nos da el enemigo,
pillemos chiringuitos feministas. De los playeros.