Hijas del futuro: literatura de ciencia ficción, fantástica y de lo maravilloso desde la mirada feminista. Imagen: Consonni |
Cristina Jurado y Lola Robles se han puesto al frente de un libro colectivo sobre un género (o géneros) que parecen estar viviendo un momento de “nuevo auge” aunque sus raíces podemos encontrarlas, como narra Layla Martínez, hace siglos, cuando las mujeres desafiaron al canon masculino de la literatura fantástica, aunque solo hayan pasado a la “historia con mayúsculas” obras como el “Frankenstein” de Mary Shelley.
Lola Robles reflexiona sobre los puntos de intersección entre los géneros literarios y los géneros sexuados y el ostracismo al que fueron sometidas las primeras grandes novelistas españolas como Emilia Pardo Bazán. Inés Arias de Reina nos habla de las todavía vigentes resistencias al lenguaje inclusivo, es decir al lenguaje no masculinizado, donde profesiones, nombres, grupos humanos siguen siendo nombrados por el genérico varonil, olvidando la importancia del lenguaje a la hora de construir la realidad.
Hijas del futuro: literatura de ciencia ficción, fantástica y de lo maravilloso desde la mirada feminista es un libro coordinado por las escritoras Cristina Jurado y Lola Robles |
C.E. Estbuch nos habla de las narradoras de ciencia-ficción afro, que miran hacia el Caribe o el continente africano pero los nombres más conocidos son los de las negras en EEUU como la iconoclasta Octavia Butler, cuyas novelas han sido traducidas recientemente. Las autoras del libro reivindican su espacio como creadoras de narraciones feministas y queer incorporando figuras atípicas como “el hombre embarazado” o el viaje real y simbólico por los géneros sexuados. En el capítulo dedicado a la ciencia-ficción latinoamericana Andrea Vega reivindica la descolonización, la reinvención cultural y el poder liberador de la naturaleza.
Otras figuras que no pueden quedar fuera de este ensayo son la de la canadiense Margaret Atwood que con su libro “El cuento de la doncella” o “Penélope y las doce criadas” apuestan por una reescritura antipatriarcal de los moldes históricos y fantásticos. Por estas amenas y documentadas páginas pasa “El hombre-hembra” de Joanna Russ, las novelas más valientes de Ursula K. Leguin y también la producción alejada del mundo anglosajón. Estamos ante un libro que además de una incisiva reflexión sobre la fantasía y la construcción masculinista de la ciencia-ficción invita a la lectura y relectura de antiguas y nuevas autoras que desafiaron el canon.
Reseña por Eduardo Nabal
Más información sobre Hijas del Futuro en la web de la editorial Consonni
Hijas del futuro: literatura de ciencia ficción, fantástica y de lo maravilloso desde la mirada feminista es un libro coordinado por las escritoras Cristina Jurado y Lola Robles que reúne diez ensayos que abordan, desde una perspectiva de género, cuestiones relacionadas con las escritoras, lectoras y estudiosas de la ficción no realista. En las páginas de esta antología, Layla Martínez profundiza en la trayectoria de autoras pioneras, mientras Carmen Romero Lorenzo se centra en una voz contemporánea; Andrea Vega y Maielis González analizan las propuestas y sensibilidades de narradoras latinoamericanas y C. B. Estruch nos habla del afrofuturismo; Enerio Dima reflexiona sobre el tratamiento y recepción de los personajes femeninos y Elisa McCausland hace lo propio centrada en el cómic; por su parte, Inés Arias de Reyna explora el uso del lenguaje inclusivo y Loli Molina Muñoz se concentra en la cuestión de la identidad de género.
Como apuntan Jurado y Robles, «somos hijas de aquellas mujeres que antes que nosotras han luchado por alcanzar la igualdad de derechos y oportunidades, y somos hijas del futuro porque reclamamos el tiempo venidero como un espacio propio en el que las voces de todas se oigan». Es esta voz colectiva, aplicada a la literatura de ciencia ficción, fantasía y terror en todos sus formatos y subgéneros, la que quiere mantener una conversación enriquecedora y, en la medida de lo posible, transformadora. La intención de esta recopilación es iniciar líneas de reflexión de las que, con el tiempo, se ramifiquen muchas más.