martes

¿Todos somos animales? Complejizando lo animal desde una crítica a los biologicismos por GABRIELA PARADA MARTÍNEZ


Si revisamos superficialmente los discursos de los movimientos sociales (anticapacitismos, antirracismos, antigordofobia, feminismos, etc) encontraremos que son pocas las facciones que tienen un sujeto político determinado por una condición biológica. Contrariamente, sobre determinada condición biológica como la piel, la genitalidad, el caminar con silla de ruedas o tener un peso más elevado que la norma, es que se han construido narrativas sociales de subalternidad.
Sofía Dumat-Clamor de Libertad

La revolución de las vacas, gallinas, zorras, ballenas, perras, mariquitas, víboras y muches más por LAURA FERNÁNDEZ



Cuando lees el sustantivo “Humano”, ¿qué imagen aparece en tu cabeza? 

En la mía aparece un cis-tío joven, cachas, delgado, blanco, hetero, sin diversidad funcional. Él. La representación viva y encarnada de la humanidad. Y es que está claro que algunos “humanos” son más “humanos” que otros. Pero esta no es la Fórmula 1 de “El sujeto más humano”, muches de nosotres fuimos relegades a, o preferimos ser, otra cosa. Preferimos cualquier cosa antes que ser el cis-tipito blanco humano por excelencia, o que su mirada deseante y constructora de mundos nos defina. Algunes preferimos abrazar nuestra animalidad, desde donde quiera que se nos niegue la supuesta racionalidad que caracteriza a esta nuestra especie. Hablo de gordes descontrolades, de racializades, de bolleras, bi y marikas desviadas, de trans y no binaries dinamitando el género, hablo de migrantes, precarias, enfermas, viejas, tullides, locas… Todas esas corporalidades otras, que estallamos la norma y desafiamos con nuestros cuerpos este mundo binario.

lunes

VOLVERSE MÁS QUEER por PATTRICE JONES


Santuario VINE

En este momento, mientras lees, los árboles están hablando entre sí a través de líneas telefónicas hechas de hongos. Los insectos envían y reciben mensajes invisibles de olor llevados por la brisa. Los pequeños mamíferos del bosque escuchan a los pájaros cantando, cuyos gritos de alarma advierten del peligro y cuyos alegres chirridos indican seguridad.