Itziar Ziga |
Estos días los periódicos amanecen tan calientes como el cielo. Y yo con ellos, más bien con ella. Caster Semenya, la atleta surafricana que hace palidecer (y no sólo por la piel) a sus atónitas y cabreadísimas competidoras. Vaya ejemplos de hembraquismo deportivo: "sí, será mujer, o se sentirá mujer, pero yo sigo pensando que me ganó un hombre", dijo la italiana Elisa Cusma; "si me ponen a Semenya y 10 hombres delante no sabría decir que ella es la mujer", aseveró la española Mayte Martínez. Lo dicen ellas que deben ser tan femeninas teniendo en cuenta que compiten en los 800 metros.