I would rather go blind than seeing you go away 1
ETTA JAMES
20:35 horas. Tú espíritu entra por la ventana y oscurece la habitación. Enciendo todas las luces. Meto una cinta virgen en la cámara de vídeo y la coloco sobre el trípode. Inspecciono el marco. La imagen es lisa, el cuadro simétrico, el sofá de cuero negro dibuja una línea horizontal en la parte baja del cuadro. El muro blanco avanza ligeramente sobre esa línea, pero sin crear relieve. Play. Me dirigo al sofá. He dejado en una mesa baja, fuera del cuadro filmando, una máquina de afeitar eléctrica, un espejo pequeño, una hoja de papel blanca, una bolsa de plástico, un bote de cola hipoalergénica para uso facial, una dosis de 50 miligramos de testosterona en gel, un bote lubricante, un gel dilatador anal, un cinturón polla con un dildo realista de caucho 24 por 6, un dildo realista negro de caucho 25 por 6, otro dildo ergonómico negro de silicona 14 por 2, una maquinilla y crema de afeitar, una palangana de plástico con agua, una toalla blanca y un libro tuyo, tu primer libro, el sublime, el principio y el final de todo. Entro en el marco. Me desnudo, pero no completamente. Guardo solo una camiseta de tirantes negra. Como para una operación quirúrgica, expongo únicamente los orgános que se verán afectados por el instrumento. Tiro del pie del espejo y lo coloco sobre la mesa.
(...)
He sido asignada mujer, pero ese hecho no se aprecia en la imagen parcial del espejo. Comienzo a afeitarme la cabeza, de delante hacia atrás, desde el centro hacia la izquierda y luego hacia la derecha. Me inclino sobre la mesa que recoge el pelo mientras cae. Abro la bolsa de plástico junto a la mesa y hago que el pelo cortado se deslice hasta caer dentro. Apago la máquina y vuelvo a graduar las cuchillas a cero. Coloco una hoja de papel blanco sobre la mesa. Vuelvo a encender la máquina y la paso de nuevo por toda la cabeza. Sobre el papel blanco cae una lluvia de pelos cortos, muy finos. Cuando la cabeza está lisa, desenchufo la máquina. Pliego la hoja de papel en dos de modo que los pelos se precipitan hacia el centro formando una línea uniforme. Forman una línea de cocaína negra. Me hago una raya de pelo. Es casi el mismo high. Abro el bote de cola y dibujo con el pincel húmedo un trazo sobre mi labio superior. Cojo una línea de pelo entre los dedos y la coloco sobre ese trazo hasta que queda perfectamente pegada a la piel de mi cara. Bigote de marica. Me miro en el espejo. Mi mismo ojo, con la misma aureola en torno al iris, está enmarcado ahora por un bigote. El mismo rostro, la misma piel. Idéntico e irreconocible. Miro a la cámara, levanto el labio dejando mis dientes al descubierto como hacías tú. Ese es tu gesto.
El sobre plateado contiene la dosis de 50 miligramos de testosterona en gel es de la talla de uno de los sobrecitos alargados de azúcar que te dan en las cafeterías. Rasgo el papel de aluminio: emerge un gel fino, transparente y frío que al tocar la piel de mi hombro izquierdo desaparece inmediatamente.
(...)
Cuando toda la piel entre mis piernas está completamente rasurada, me enjuago y me seco. Me coloco el arnés atándome las hebillas a cada lado de la cadera. El dildo queda super erecto delante de mí, formando un ángulo de noventa grados perfecto con la línea que dibuja la columna vertebral. El cinturón polla está suficientemente alto como para dejar al descubierto dos orificios bien distintos si me inclino. Me cubro las manos de lubricante transparente y cojo un dildo con cada mano. Los froto, los engraso, los caliento, uno en cada mano, y luego uno sobre otro, dos pollas gigantes que se enrollan una sobre la otra como en una porngo gay.
(...)
Suspendo mi polla de plástico sobre los párrafos tatuados para siempre sobre las páginas de "Dans ma chambre". Ese es tu gesto. El dildo oculta una parte de la página creando un límite que permite leer ciertas palabras y esconde otras: "Nos hemos reído. Me ha acompañado en coche. Le he mirado...Me ha hecho una señal con la mano..., se había hecho de noche. Sé que debería haber..., nunca me enamoraré de él. Pero era tan bueno que me amara. Era bueno" (Guillaume Dustan, Dans ma chambre, POL, París, 1996, pág. 155.)
Me meto entonces cada uno de los dildos en las aberturas de la parte inferior de mi cuerpo. Primero el negro realista, luego el ergonómico en el ano. Para mí, siempre es más fácil meterme cualquier cosa en el ano, es un espacio multidimensional, sin límites óseos.
(...)
Ahora ya estáis todos muertos.
¿Pertenezco yo más a vuestro mundo que al mundo de los vivos? ¿Acaso mi política no es la vuestra, mi casa no es la vuestra, mi cuerpo no es el vuestro?
(...)
No miro la miniDV que acabo de filmar. La guardo en su caja roja transparente y escribo sobre la etiqueta: "3 de octubre, 2006. DÍA DE TU MUERTE". "
Paul B. Preciado. Testo Yonqui. Editorial Planeta. Madrid. 2003. Págs. 20-23
1 "Preferiría quedarme ciego que verte partir", Etta James, 1967