jueves

Prólogo DISCATOPÍA: REFLEXIONES AUTOETNOGRÁFICAS EN TORNO A LA DISLEXIA de PALOMA S. MICHAVILLA por ITXI GUERRA.





Escribir un prólogo me parece de las cosas más bonitas y complicadas de escribir porque es abrir un texto de alguien, hablar de él y mostrar la importancia que tiene intentando no hacer ningún spoiler. Para mi escribir este prólogo a Paloma es una de las cosas más bonitas e importantes que me podían pasar. Hablar de un libro de una personita tan importante para mí como es Paloma es todo un honor y una responsabilidad, y a la vez todo muy disca y a ritmo muy lento. Para mi escribir prólogos y ser disca a ratos es un poco parecido, de repente te encuentras advirtiendo a la gente de lo que se viene, de lo que está pasando, ya sea avisar de que el capitalismo no está funcionando y que todos los cuerpos son frágiles y vulnerables o que te hable de un texto que está por venir. La discapacidad y los prólogos te preparan para la acción, te avisan de que se vienen curvas.

A Paloma y a mi nos unió la Academia y lo lisiado, todo un poco lleno de casualidades, viajes y largas conversaciones que casi siempre acaban en que la culpa de todo la tiene el capitalismo y el capacitismo. Ahora, después de varias mudanzas y curros y capacitismos varios nos separan 800 kilómetros, pero nos une una amistad preciosa, estar bastante hartas del capacitismo y a ratos, como en este librito tan lindo, también la Academia. Un ejemplo claro de cómo en lo disca, entre la violencia y las miradas de tristeza también se crean trincheras de resistencia, de amor, de ternura y de orgullo que nos permiten sobrevivir, que nos hacen crear hogares a los que se tardan en llegar 14 horas en bus, porque un poquito bibolleras ALSA siempre hay que ser. Que, en esta distancia, en este amor tranquilo lo disca se hace eco. Como contará Paloma más adelante, en esta amistad el ritmo disca y abrazar el fracaso son el pan de cada día y es esto lo que hace especial y super tierno a este texto, los ritmos lentos con los que está escrito, el amor que hay detrás de cada una de las palabras y el objetivo tan incendiario que tiene.


La discapacidad es algo que continuamente se oculta, que coloca lo privado dentro de lo privado, en ese baúl del ático que todo el mundo sabe que está ahí, pero lleva 50 años sin abrirse. Como cuenta Paloma en este libro, cuando la discapacidad no se ve, cuando “no se nota”, cuando no cumple con las expectativas capacitistas, cuando aparentemente un cuerpo cumple con esa capacidad obligatoria de la que habla Robert McRuer, cuando son cuerpos que tienen ese ablepassing (que no es más que un capacitismo que se nos cuela hasta los intestinos), entonces, la discapacidad no existe, es una invención de la persona, es como a mí me dijeron una vez “un intento de leerse desde la opresión porque es lo que el capitalismo quiere, que nos leamos siempre como oprimides aunque no lo estemos”. Y la dislexia es eso, lo que no se nota, lo que no se ve, lo que se oculta, lo que se cuestiona, lo que continuamente se castiga, se controla, se intenta curar, se borra. En este libro, que es un poco como un abrazo para les lectores, pero también para todo el movimiento anticapacitista, Paloma saca a la luz el tabú, arrastra la discapacidad, la dislexia, fuera del arcón, la pone encima de la mesa y colectiviza todos esos los malestares de lo oculto, les da todo el trasfondo político que tanto se intenta borrar cuando se oculta, cuando se niega, cuando se esconde. Además, lo hace la una intención clara de no borrarse, de no censurarse, de no corregirse, en un texto donde, lo que comúnmente se llaman faltas de ortografía, pero para mí es la pura pluma disléxica, brotan sin amarrarlas, sin cuestionarlas, sin normalizarlas. Se trata de un ejercicio de destruir a la policía del lenguaje, al borrado disca y a toda terapia de reconversión que trata de negar, de ocultar y de arreglar todos y cada uno de los cuerpos lisiados. En este libro Paloma quema todos los armarios, los libros que nos patologizan, los informes que la encorsetan, deja de ocultar lo que siempre se esconde para utilizarlo como herramientas de autodefensa y hacer con ellos barricadas que nos defiendan del capacitismo.





A ritmo disca Paloma va entretejiendo junto a su madre qué es eso de habitar lo disca, de habitar lo fronterizo, lo liminal. Escribe desde el dolor y abre esa herida colectiva que supura entre la falta de textos en castellano, el dolor de la incomprensión, las fronteras de la normocapacidad, el no lugar, los ritmos académicocapitalistas insostenibles y la violencia capacitista que nos persigue para hacer, lo que es para mí, un proceso de limpieza profunda de esa herida. Una limpieza colectiva, que pese a ser escrita por Paloma y su madre acaba atravesando a tode aquelle que lo lee y que lo encarna y a su vez entreteje distintas perspectivas desde el antirracismo y el anticapacitismo que se asumen como lejanas pero que comparten espacios y nos atrapa a todes esa red, en una misma telaraña enmarañada, revuelta, pero siempre junta.

Paloma nos cuenta su discatopía, abre sus entrañas, se sale de su cuerpo para crear este texto tullido, errante, un poco monstruoso que nos permite pensar nuevas utopías, nuevas formas de concebir nuestros cuerpos, otras formas de dibujar nuevos horizontes donde el dolor, lo disca y las heridas tanto individuales como colectivas si tengan cabida, si estén presentes y no como un añadido, como un +1, sino como parte de la realidad, como algo de lo que no podemos ni queremos huir.

Este libro acaba siendo esa respuesta que todes habríamos querido darle a les profesores que nos quitaban puntos en un examen por tener faltas de ortografía, que nos cuestionaban por no habitar un cuerpo normativo y se esforzaban por encerrarnos en una jaula que no cabíamos. Este libro reivindica lo anormal, el fracaso; la lentitud; lo torcido; el error; la calma y el descanso frente al progreso y la rapidez capitalista; el parar a ver la vida pasar como viejecillo, que se sientan en un banco a ver las obras; el renunciar la productividad para poner en el centro los cuerpos, las vidas, los cuidados… Es una reivindicación de los cuerpos disléxicos, de los cuerpos discas como cuerpos desviados, atrincherados y subversivos. El sobrevivir sin normalizarse, sin someterse a las lógicas capacitistas que borran continuamente los cuerpos que les estorban, los cuerpos-fracaso, los cuerpos felizmente inútiles.