En una serie española que triunfa hoy en las pantallas vuelven a condenarla por bruja e infanticida, aunque cuando murió en la cárcel en 1913 ya se sabía que La Vampira del Raval sólo era una mujer castigada por la pobreza y la soledad. Prostituta, mendiga, herbolera, matrona y practicante de abortos. La historia real de Enriqueta Martí es mil veces más apasionante que ese relato gore con el que vuelve a apuntalarse toda la misoginia y el clasismo de este mundo. Y el miedo inculcado hacia las mujeres que deciden sobre sus úteros. Se calcula que el 85% de los cuerpos que ardieron en las hogueras de la cristiandad fueron mujeres. Aquel feminicidio fundacional se cebó contra las curanderas que ayudaban a las vecinas con su salud sexual y reproductiva.
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VERBENA EN PLUTÓN por ITZIAR ZIGA
El domingo pasado decidió marcharse de este mundo Kevin, un irlandés al que adoraré siempre que iluminaba las calles del Raval desde hace... me lo dijo una noche. Aquel cuerpo de guerrero celta latió consagrado al placer. Un día cualquiera de verbena gloriosa tuve el honor de prestarles mi alcoba a él y a otros tres alegres maricones para que retozaran. Un zulo minúsculo y oscuro con un colchón enorme. Como soy una atenta anfitriona, al rato me pasé para ofrecerles cerveza y estupefacientes. En las orgías estivales de Barcelona se pierden muchas sales minerales, lo sé por experiencia. Me pidieron que me quedara a darles conversación mientras follaban, siempre estaba libre la boca de alguno. Así estuvimos horas, yo sentada en el suelo entregada a su hidratación y a la cháchara. Quedé con Kevin a los pocos días, se había dejado el aro que llevaba insertado en su verga pelirroja entre mis sábanas. Adoro seguir durmiendo y follando en el mismo colchón.
Siempre me he sentido inmensamente afortunada de tener a tanto gay, a tanta travesti y a tanta transexual como hermanas de lucha. Pero especialmente por encarnar juntas una y otra vez a esa vedette acabada pero inmortal, mamarracha, viciosa e insurgente que celebra vivir al margen de la contención y la rutina mientras señala todas las injusticias del mundo. Así era Kevin, estudió derecho en Dublín para ser una petarda de noche y agitadora de día en Barcelona. En 2009 decidió parir a Plutón, el electrocantautor que llevaba dentro. Todos sus temas están en Youtube, hoy no paro de escuchar “Pastillas y polvos”. Como diría el poeta W. B. Yeats, «siendo irlandés tenía un arraigado sentido de la tragedia que le sostuvo durante muchos periodos de alegría».
Estuve con Kevin por última vez hace unas semanas en nuestro glamuroso antro del Raval, el Madame Yasmine. Recuerdo su eterna carcajada diabólica y nuestros abrazos, pero no lo que hablamos. Los nuestros siempre fueron los encuentros entre un irlandés borracho y una vasca borracha que se quisieron desde el primer instante. Colmó de amor y risas el corazón de muchísima gente. Slan Abhaile, amado Kevin.
Artículo publicado el día 28 Abril del 2016 en el Diario Gara
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