jueves

"Amazonas sin pincel" por Ángela Molina


A FINALES de los sesenta y principios de los setenta, acciones, objetos privados y los cuerpos de las artistas se convirtieron en el sujeto y en el propio medio del arte femenino. A través de las performances, las activistas recuperaron los elementos suprimidos de la cultura mediante la subversión de los arquetipos patriarcales y la investigación del subconsciente.
Marina Abramovic. En una performance nocturna en una galería de Nápoles Rhythm, O (1974), Abramovic se ofrecía a los espectadores, que podían hacer lo que quisieran con una serie de objetos -un tenedor, un látigo, un pintalabios, un cuchillo, una pistola- y su cuerpo. Al final, la artista tenía las ropas rasgadas y había sido encañonada con un arma cargada. Abramovic describió esta obra como la conclusión de la investigación con su propio cuerpo.
Shigeko Kubota. En Perpetual Fluxfest (1965), Kubota llevó a cabo unaaction painting (acción pictórica) en Nueva York, que en su día desagradó a muchos de sus colegas varones. Su acción aludía y subvertía el método de la pintura dripping (pintura chorreada). Extendió en el suelo una gran lámina de papel y procedió a pintar pinceladas rojas con un pincel sujeto a la entrepierna por las bragas. Kubota parodiaba el uso de mujeres desnudas como "pinceles humanos", de Yves Klein, y la "eyaculación" que suponía lanzar y chorrear pintura, de los expresionistas americanos.
Carolee Schneemann. En Interior Scroll, 1975, Schneemann se presentó en un espacio de Long Island cubierta con una sábana y explicó al público que iba a leer un extracto de su libro Cézanne, she was a great painter. Se despojó de la sábana y se pintó el cuerpo con trazos de barro. Subida a una mesa, leyó el texto mientras posaba en una serie de gestos típicos de modelos de dibujo al natural. Lentamente, se extrajo un rollo de papel de la vagina y leyó textos feministas.
Martha Rosler. En Semiotics of the Kitchen (1975), Rosler aparece de pie, como en un programa de cocina de televisión, frente a una mesa repleta de utensilios. Empieza a recitar el alfabeto mostrando a la cámara un objeto para ilustrar cada letra, la A es abrelatas, la C cazuela... Pero la artista los presenta con agresividad, agitando los cuchillos en el aire o lanzando una cuchara a una víctima imaginaria.
Adrian Piper. En Catálisis, 1970, Piper aparece en el metro de Nueva York en hora punta vestida con ropas hediondas o con globos colgados de las orejas, la nariz y el pelo. Después se va de compras a unos grandes almacenes vestida con una camiseta en la que acaba de escribir con pintura, wet paint (recién pintado).
Valie Export. Genital Panic (1969), una performance rodada en Múnich, muestra a la artista vestida con camisa negra, unos vaqueros abiertos por la entrepierna y una ametralladora colgada del hombro. Entra en una sala de cine X, se dirige al público y les dice que hay unos genitales femeninos disponibles y que pueden hacer con ellos lo que quieran. Las personas que ocupaban sus asientos se levantan y salen del cine.
Gina Pane. Autoportrait (1973) describe en fotografías una acción en la galería Stadler de París. Primero, Pane aparece suspendida en el aire durante media hora como un objeto inerte sobre velas encendidas. Más tarde permanece de pie de cara a una pared en la que se proyectan diapositivas de mujeres pintándose las uñas. Dándole la espalda al público, la artista se practica incisiones en la piel con una cuchilla. Con estas acciones, Pane indica de manera radical el "signo" del cuerpo; y que la herida era el signo real de "ese" cuerpo, de "esa" carne.

Texto compartido de El Pais. Publicado el 13/01/2007