"Historias de la infancia trans" de Jules Gill-Peterson. Imagen de librería Berkana
Desde el activismo y la investigación en estudios trans solemos identificar la década del 2010 con la aparición e intensa visibilidad mediática de la infancia trans. Desde entonces, hemos visto cómo florecen y se multiplican globalmente las asociaciones de familias de criaturas trans. En dichas asociaciones familiares se insiste en llamar «menores» a esta niñez, a pesar de ser un conjunto múltiple de criaturas, niñas, niños, niñes y juventud que es plural y rebelde. Esta etiqueta olvida que el apelativo «menores» se reserva habitualmente para quienes «tienen problemas», y denota su relación con las instituciones sociales, algo que problematiza su propia existencia.