Me dicen, a menudo, que mi teoría no es suficientemente afectiva. Así, he decidido hablar sobre el único trozo de teoría feminista que he encontrado en los últimos años, en el contexto norte global, que me hizo sentir algo. Hablo del Xenofeminismo (XF). Y, no. Esto no va de fantasias bolleras adolescentes con la princesa guerrera. En el manifiesto de 2015 "Xenofeminismo: Una Política por la Alienación”, el colectivo impulsor Laboria Cuboniks inyectaba el feminismo contemporáneo de las posibilidades radicales ofrecidas por lo extraño, lo ajeno y lo culturalmente antinatural (i.e. “xeno”). El resultado es un feminismo de “ingenio, escala y visión sin precedentes”.