-No sé si es consecuencia de tu larga experiencia como traductor, pero el libro de Robert McRuer “Teoría Crip” se lee con verdadera fruición y deleite poniendo en primer plano cuestiones que ya estaban en el candelero pero dándoles un punto de giro que, aún hoy, resulta atrevido en todo el espectro político como el cuestionamiento de la función reguladora de los “saberes médicos”, “el matrimonio igualitario”, “las imágenes de la normalidad”. ¿Crees que estas cuestiones siguen oponiendo resistencias?
Javier Sáez: Sí en efecto, el libro de McRuer toca elementos críticos y bastante incómodos, que no se abordan habitualmente en el ámbito de los derechos LGTBI, y tampoco en el ámbito de la discapacidad. El concepto de “rehabilitación” es cuestionado de forma muy inteligente, y la idea de capacidad corporal obligatoria, aunque no es original de McRuer, es articulada por él de forma brillante con el concepto de heterosexualidad obligatoria. Del mismo modo, la idea de enfermedad atraviesa todo el libro de forma paradójica… cuando decimos que “no estamos enfermos/as/es” (rechazando la patologización a las personas trans, o gais, etc.) a su vez alimentamos sin querer un rechazo de “la enfermedad”, y de algún modo, de la discapacidad. Es lo que el autor llama “estigmafobia”, algo que para mí tiene resonancias con un autor clave como Erving Goffman y su idea del estigma. Por supuesto esto se conecta con la crítica de los saberes médicos que mencionas, y cómo ejercen su poder en la gestión de la vida, lo que Foucault llamaba “biopolítica”.
El enfoque de McRuer va claramente en contra de la idea de normalidad, en la tradición de activistas radicales maricas y bolleras de los años 80 y 90, es curioso que hoy en día es difícil encontrar discursos así de radicales dentro del mundo académico, e incluso dentro del mundo activista. Por eso este libro es tan necesario y tan actual.