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GLORIA ANZÁLDUA: POSCOLONIALIDAD Y FEMINISMO, DE MARTHA PALACIO. RESEÑA POR EDUARDO NABAL


Gloria Anzaldúa: Poscolonialidad y feminismo. Editorial Gedisa

En su breve pero hermoso estudio “Gloria Anzaldúa: Poscolonialidad y feminismo” la autora, Martha Palacio, hace un breve y conciso, pero también oportuno y profundo análisis de la vida y la obra de Anzaldúa, desde la narrativa oral de su infancia hasta su militancia entre el movimiento chicano y el movimiento feminista y lesbiano. 


En el prólogo se cita el efecto causado por el himno de rabia de “Las Tesis” que, desde Chile, han llevado a todo el mundo un grito de rebeldía y hartazgo contra la legitimación oficial de la  violencia machista Algo que, para la autora, entronca con el pensamiento radical y poscolonial de Gloria Anzaldúa, nacida en el Valle de Río Grande,  territorio que hoy es la cruel frontera entre el estado de México y los EEUU. 

La herencia de las fábulas de su lugar de origen, de las leyendas e ídolos de su cultura, del pensamiento de gentes como Franz Fanon, de los poemas doloridos de mujeres que amaron a otras mujeres atraviesan este meditado opúsculo acerca de un ser excepcional que se resiste a ser definido desde ninguna instancia de saber/poder y que hace de la dualidad y la extranjería espacios privilegiados de resistencia. 

Desde los espacios híbridos Anzaldúa, analizada con valentía por Martha Palacio, reclama el valor de la alteridad, la lucha contra la explotación de las mujeres hispanas y, también, el estigma que recorre todos los rincones de su cuerpo, de su sexo, del color de su piel, de su lugar en un mundo blanco y de amos y esclavas. 

La autora del libro se apropia del pensamiento a la vez hipervisible e invisible de la escritora y luchadora con el placer de legarnos su pensamiento reivindicativo y en continúa reinvención, en un espacio marcado por la “otredad” y la paradoja. Un recorrido minucioso por la línea vital marcada por la dualidad y los márgenes y la reinvención creativa de una hija  de un lenguaje propio (el spanglish), del estigma de la raza mestiza (chicana) y una superviviente, no sólo del poder del Estado colonial, no sólo de los amos, sino también del “status quo” del feminismo blanco y privilegiado y del machismo de algunos de sus  compañeros de lucha. 

Desde la publicación de la recopilación de poemas, narraciones y ensayos “Esta puente, mi espalda” junto a Cherrie Moraga y otras autoras y compañeras de batallas, revindicó una identidad chicana -literaria y ensayística, alejada de los cánones y destinada a la memoria de las nuevas generaciones- que enseguida le condujo a la composición de “Borderlands”. En “La frontera” (Borderlands), recientemente traducida al castellano, apreciamos la memoria inmensa de sus más hondas experiencias vitales, sus heridas coloniales y la ambivalencia  de los mitos heredados de su cultura , así como de su trayecto entre la esperanza, la rebeldía  y la explotación. 

Anzaldúa se ha revelado no sólo como hija de su tiempo sino, sobre todo, como activista incansable contra el imperialismo cultural, la explotación laboral de las mujeres, una  luchadora que habita en los muros del lenguaje que trata de fijarla o etiquetarla y, también,  en  las aduanas del sexo/género.


[...Quiero la libertad de tallar y cincelar mi propia cara...]


‪Martha Palacio lee "Gloria Anzaldúa: Poscolonialidad y feminism‬o.




Gloria Anzaldúa: Poscolonialidad y feminismo, de Martha Palacio. Reseña por Eduardo Nabal