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Itziar Ziga |
Una vez pegó a un nazi, lo sabía por mi amiga Itxaso, su orgullosa nieta. Y hace unos meses, tuve la inmensa suerte de que me lo contara ella, desde sus 96 espléndidos años. Su hostia al nazi y otras portentosas historias. Recorrió el mundo con Maitea, el primer grupo coral de mujeres que cantó en euskera. Vestidas cual vestales de Balenciaga, en pleno franquismo. Debía ser 1940 y, una tarde de verano, Dori Gracia caminaba por su Donosti natal. Asfixiadas: ella, la ciudad, el país. En la calle Okendo, divisó a un alemán borracho. Uno de aquellos nazis a los que Franco trajo de recreo. De los que bailaron frenéticamente jotas en sanfermines, mientras colgaban esvásticas en la Estafeta. Ella intuyó sus violadoras intenciones, no había nadie más en la calle. Y continuó caminando, hasta meterle una hostia que le permitió escapar. ¡Brava!