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miércoles

ALLA: ESTIRPE TORCIDA por ITZIAR ZIGA


 

Alla Nazimova fue una actriz, productora y guionista rusa que estudió teatro con el mismísimo Stanislavsky y llegaría a ser una de las estrellas mejor pagadas del cine mudo de Hollywood. Sus orgías lésbicas en la mansión que adquirió en medio de aquel descampado hoy llamado Sunset Boulevar son legendarias. Con dieciséis años escapó de un hogar violento donde era sexualmente abusada y una noche, mientras se prostituía en las calles de Moscú a finales del siglo XIX, se convirtió en feminista. Vio a unas mujeres lanzar octavillas, eran sufragistas. Charlaron y Alla comprendió al instante que su rabia tenía un nombre y que existía un movimiento para cambiar juntas las cosas. Esta historia de putas y feministas conspirando en la clandestinidad de la noche es de las más enaltecedoras que he conocido nunca.

Fue tan lejos en sus narraciones fílmicas que mandaron destruir todas las copias de “Afrodita”, una película producida y protagonizada por ella en la que mostraba sexo desenfrenado entre mujeres en 1919. Trabajó en varias representaciones teatrales con otra rusa afincada en Estados Unidos, la anarquista Emma Goldman. Fueron amantes, aunque pocas mujeres llevaban bien la promiscuidad de Alla. Quizás se batió de igual a igual con otra de sus compañeras de cama, una de mis deslenguadas favoritas, la actriz Tallulah Bankhead. De su boca salieron perlas como «papá me advirtió sobre los hombres y el alcohol, pero no dijo nada sobre las mujeres y la cocaína».
Estos días la Duma debate penalizar que gays y lesbianas se visibilicen, que salgan del armario, que vivan al aire libre en la Rusia de Putin. En 2013 quedaron prohibidos sus derechos colectivos, ahora quieren acabar con su libertad individual. En Barcelona frecuenté una época a un grupo de chicos rusos, todos eran bisexuales. Uno de ellos era mi amante, medio eslavo medio tártaro. Me hablaba de orgías mixtas en las saunas de Moscú. En esta tarde gélida de homófobos vientos siberianos necesitaba evocar a Alla y a su estirpe gloriosa y torcida. No olvidemos su suerte ni sus luchas.

Artículo compartido de Gara