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martes

Entrevista a Beatriz Preciado: La sexualidad a debate: los modelos biohombre y biomujer.

"Me parece inviable pensar que se nace con una sexualidad, que eres heterosexual u homosexual o transexual. Ese es el modelo de la medicina psicopatológica de los años 40 en el que uno tiene que buscar la verdad sexual en sí mismo y encontrarla, y si no la encuentra recurre a la ayuda psicológica. La sexualidad esta en un ámbito abierto y en constante mutación".
Beatriz Preciado
¿En qué consisten los modelos que has propuesto, biohombre y biomujer?
Los modelos de género y sexualidad actuales provienen de los discursos médicos hegemónicos de los siglos XIX y XX. Los modelos de masculinidad y feminidad contemporáneos vienen realmente de los años 40. En la época de la Segunda Guerra Mundial se inventa la noción de género, absolutamente nueva para ese momento. Los seres humanos son capaces de transformar el cuerpo de aquellos bebés cuyas morfologías no encajan en lo que hasta ese momento se considera como masculino o femenino. Se aplica todo un conjunto de técnicas médicas, hormonales u operaciones, a estos bebés a quienes después se va a llamar intersexuales. En esos años la medicina toma conciencia de que no hay sólo dos sexos sino que hay una multiplicidad sexual que no se puede reducir al binario, y para reducirla al binario inventa esta noción de género para lo masculino y lo femenino, así como una serie de técnicas dedicadas a producir dos modelos muy distantes de masculinidad y feminidad que creo que hoy están siendo puestos en cuestión. Lo que yo llamo biohombre y biomujer son aquellos hombres y mujeres que han sido asignados como tales al nacer, y que por tanto no han cuestionado esa situación.
En tus textos has hablado de lo plástico y lo natural. ¿Existe una sexualidad plástica y una sexualidad natural?
Creo que no hay una sexualidad natural. Creo que la sexualidad no se ha dado naturalmente. La sexualidad humana no es una práctica biológica sino cultural y por tanto es una práctica que cambia a lo largo de la historia. Está sujeta a mutaciones y a críticas. Cuando digo que es plástica me refiero a que puede ser intervenida. Puede sufrir modificaciones y podemos aprender distintas sexualidades. Me parece inviable pensar que se nace con una sexualidad, que eres heterosexual u homosexual o transexual. Ese es el modelo de la medicina psicopatológica de los años 40 en el que uno tiene que buscar la verdad sexual en sí mismo y encontrarla, y si no la encuentra recurre a la ayuda psicológica. La sexualidad esta en un ámbito abierto y en constante mutación. Las normas sociales y políticas del contexto en el que habitamos son extremadamente restringidas y esa plasticidad se ve rápidamente acotada.
¿Qué es la identidad sexual?
La identidad sexual es asignada políticamente. Uno no tiene una identidad u orientación sexual sino que hay contextos de asignación política en los que, cuando eres pequeño y sientes atracción por otro chico de tu mismo sexo, no dejan de llamarte puto o maricón y a partir de ahí te construyes como homosexual. Después puedes reivindicar tu sexualidad para resistir a la norma heterosexual, lo cual no quiere decir que tu sexualidad este dada de una vez por todas.
¿Por qué rebelarse a la sexualidad?
Para mí la rebelión surge de hacerse consciente de que un conjunto de normas sociales y políticas nos constituyen. Mucha gente experimenta su sexualidad como normativa. Si tu práctica sexual se constituye dentro de las mayoritarias y es reconocida normativamente, tienes pocas posibilidades de cuestionarla por que es un privilegio, pero si formas parte de una minoría necesitas desarrollar instrumentos críticos para pensar por qué se impone normativamente una sexualidad frente a otra.
¿Es necesario reconocer la diversidad sexual?
Es vital que las minorías sexuales tengan acceso al espacio democrático porque este espacio que habíamos pensado era un espacio heterosexual. Hay márgenes disidentes pero nosotros no estamos representados. Y no sólo son gay y lesbianas sino también personas con discapacidades de todo tipo, ciudadanos que tampoco tienen acceso al espacio democrático ni a la decisión sobre sus cuerpos. 
Una entrevista de Leonardo Bastida Aguilar.Entrevista publicada en La jornada