Monique Wittig
Monique Wittig, en sus ensayos de finales de los setenta, ofreció una comprensión del feminismo, y del sujeto lesbiano en particular, que rompería con gran violencia con algunos presupuestos habituales del pensamiento feminista sobre lacategoría del sexo.
A decir de Wittig, las formas hegemónicas de entender la tarea del feminismo, por una parte, y de teorizar el propio lesbianismo, por la otra, permanecían atrapadas en lo que Simone de Beauvoir bautizó como el Mito de la Mujer.
Este no sería otra cosa que una construcción patriarcal de la que el feminismo habrían extraído los rasgos que consideraban más positivos, desechando el resto, para desarrollar unas políticas de la feminidad que no podrían liberarse del elemento clave de la opresión patriarcal, desde el punto de vista de Wittig: la división histórica de los sujetos en las categorías de hombre y mujer, y la institución de la heterosexualidad como sistema político de dominación de las mujeres.
Por ello, el concepto de la diferencia sexual representaba para Wittig un punto de partida teórico totalmente inadecuado para la lucha feminista. Tanto que se trataba, más bien, de una trampa del sistema y de un lastre para la crítica radical de la normatividad sexogenérica. De hecho, la construcción del Mito de la Mujer quedaba asíidentificado como el primer eslabón del régimen político de dominación de las mujeres(al que Wittig llamó “pensamiento heterosexual).
Desde su punto de vista, las categorías sexuales (hombremujer) constituyen una oposición entre clases sociales, en el sentido marxista del término, definida por las relaciones de explotación de los hombres sobre las mujeres. Es por ello que el feminismo, como lucha por la emancipación de una clase social, implica en realidad una lucha por la desaparición de las categorías sexuales y, en consecuencia, de las propias mujeres en tanto que clase social (del mismo modo que la revolución del proletariado habría de terminar con la disolución de esta clase en una utópica sociedad sin clases).
Según este razonamiento, Wittig concluye, en su polémico e influyente “No se nace mujer”, que la disidencia del régimen heterosexual puesta en marcha por las comunidades lesbianas representa la ocupación de una posición de sujeto que escapa tanto a la dominación heterosexista como a las categorías de sexo que definen los límites de las posiciones genéricas y sexuadas. Escapando a la heterosexualidad, a la dominación por parte de la clase de los hombres, la lesbiana se sitúa más allá de las mismas. En este sentido, para Wittig, las lesbianas no son mujeres: "Lesbiana es el único concepto que conozco que está más allá de las categorías de sexo (mujer y hombre), pues el sujeto designado (lesbiana) no es una mujer ni económicamente, ni políticamente, ni ideológicamente."
De esta manera, Wittig desafió al feminismo tradicional, al poner en práctica una desnaturalización radical de las categorías sexuales. Desnaturalización que profundiza en la línea de pensamiento abierta por Beauvoir, y que conduce el distanciamiento de la biología hacia una crítica de la heterosexualidad en tanto que régimen político.
Podemos señalarla pues como nuestra primera variación queer de la pionera obra de Beauvoir: ni se nace mujer, ni hay por qué llegar a serlo.
*Género y performatividad: devenires queer de la identidad
Pablo Pérez Navarro.Universidad Carlos III de Madrid