Más de 350.000 personas firmaron contra la visita de Judith Butler a Sao Paolo, solo cuarenta fueron a recibirla y tres o cuatro fueron a agredirla al aeropuerto donde se defendió con ayuda de su compañera. Los fundamentalistas ultras de diferentes sectas del cristianismo o el catolicismo han oído campanas y creen saber dónde. Lemas sonrojantes y con resabios fascistoides como menos–Butler y + Familia o “No a la Ideología de Género” u otros copiados del imaginario del Klu-Klu-Klan como “Pervertidos al infierno” han calado en la extrema derecha brasileña que los ha propagado entre una base cristianoide, rancia y más cegata y confudida que nunca. Así están las cosas. Los travesticidios en Latinoamérica que Butler ha denunciado, su política en el Ocuppy Wall Street en New York y su posicionamiento anti-Israel ya la han convertido en una figura pública.
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martes
EL FUTURO YA ESTÁ AQUI por ITZIAR ZIGA
Itziar Ziga |
A las puertas de una
de esas cárceles en las que mantienen desterrados a los nuestros, me hablaron
este sábado de ella. Aquel crío que fue adoptado por una familia en su baserri,
llevaba una diva irrenunciable dentro. Ikerne recuerda las minifaldas abisales
de su amiga cuando empezaban a salir de fiesta por Andoain. Ninguna mujer
defiende las señas de la feminidad más hasta el límite, incluso de su propia
vida, que una transexual. Conjuran toda la misoginia de este mundo cada vez que
respiran. A mediados de los ochenta se dirigió hacia Barcelona. Las grandes
ciudades y sus barrios bajos acogían a estas quimeras sexuales que se
asfixiaban en nuestros pueblos y villas. Allí les esperaban sus hermanas
venidas de todas partes, el mercado negro de estrógenos para feminizarse a lo
loco, los antros donde brillar como reinas de la noche, la prostitución, la
heroína, el SIDA. La única posibilidad de ser ellas mismas que no hubieran
cambiado por vivir a medio gas, aunque les precipitó a casi todas hacia una
muerte prematura. Esta fue también la historia de Petri.