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Entrevista a VALENTINA TRUJILLO RENDÓN, activista y estudiosa transfeminista_antiespecista. Por PAROLE DE QUEER


Valentina Trujillo es activista y estudiosa dentro del ámbito transfeminista antiespecista. Tal y como ella misma se define: "Soy antropóloga transfeminista en constante exploración de la animalidad desde procesos académicos, artísticos y cotidianos, mientras procuro mantener una relación ética y de cuidado con los seres que habitamos este planeta".

Entramos en contacto con Valentina en el 2019 cuando salió a la calle el último número de Parole de Queer que era íntegramente antiespecista y en el que participó  con un  texto maravilloso como fue: “Travestimo Animal. Apuntes sobre la huída humana”. Este texto viene firmado por el “Colectivo Eunuca Posporno: Trans veganismo sexual”. Colectivo del que Val forma parte en ese momento junto con Analú Laferal. Eunuca es un proyecto localizado en la ciudad de Medellín que indaga los cruces entre el antiespecismo y el transfeminismo.

A partir de ese momento Val en cierta forma se queda en la vida de Parole y nos llegan diversos textos que va publicando. En el 2022 publicamos en el blog de Parole un texto suyo: “Repensar lo humano desde el transfeminismo antiespecista”

Hoy nos encontramos para hablar de todo esto, de su TFM y de alguna cosa más que nos vaya surgiendo.

-Parole de Queer: En el 2017 realizas tu TFM en la universidad de Huelva en el que enmarcas el transfeminismo antiespecista en América Latina y en el Estado Español. En una primera parte ubicas el antiespecismo que no tiene que ser necesariamente transfeminista; en segundo lugar ubicas el transfeminismo tanto en América Latina como en el Estado español que tampoco tiene que ser antiespecista y en una tercera parte hablas de transfeminismo antiespecista. En tu opinión ¿por qué el transfeminismo e incluso los diversos feminismos y el antiespecismo deben ir de la mano?


-Valentina Trujillo Rendón: Muchas gracias primero por esta invitación, para mi es gratificante que desde Parole se esté atendiendo también a lo que se trabaja en el transfeminismo antiespecista y que lean lo que he escrito. Eso está escrito en el 2017 y han cambiado muchas cosas desde entonces pero la esencia sigue. Esas fueron unas semillitas para ir reflexionando sobre ese tema y también una excusa para pensar desde la academia y cómo desde ahí hacer ciertos activismos. 

Con respecto a la pregunta de por qué es importante que el transfeminismo y los diversos feminismos se unan a la lucha antiespecista, en este punto para mí son casi como sinónimos. Para mí son luchas que no las concibo separadas. En general las luchas que están buscando la igualdad, la justicia, la equidad, eliminar opresiones, cuestionar privilegios; deben estar juntas. Entonces esto pasa con el transfeminismo, eso está pasando con el antiespecismo, están yendo en contra de unos sistemas de opresión muy claros como son el especismo, el sexismo, el capitalismo y también en este momento se está hablando mucho de una postura anticolonial. Entonces para mí es fundamental que haya una conexión entre esos movimientos y por eso también ese es mi lugar de enunciación desde la academia y lo sigo trabajando desde lo micropolítico, desde mi acciones personales, mis acciones colectivas, que intento estén siempre atravesadas desde esta perspectiva. 

Animalidad, 2019 - Performance de residencia artística convocada por 
la Corporación Platohedro, realizada por Analú Laferal y Valentina Trujillo 
desde Eunuca en el Museo Miguel Urrutia, Bogotá.

-Se acusa al antiespecismo de ser un movimiento occidental, blanco, burgués y urbanita. Nosotres tenemos la sensación de que es incluso todo lo contrario y que hay un movimiento antiespecista muy potente en América Latina y que además tiene muchas cosas que decirle al respecto a occidente. ¿Qué nos puedes decir sobre esto? 


-Valentina Trujillo Rendón: Me parece que sí, que lo que ustedes están pensando tiene razón sobre todo por el movimiento y por todo lo que se hace desde América Latina. Pero entiendo también porque se le acusa al antiespecismo de ser un movimiento blanco, europeo, urbanita, etc y creo que está muy ligado a las personas que empezaron a hablar, a teorizar sobre este tema y cómo se enmarca ese discurso completamente ligado a ese contexto. Como para ponerlo más claro, una piensa en el especismo y quienes han teorizado sobre esto y se imagina (o al menos quienes hemos estudiado un poco sobre esto), a esos hombres blancos como Peter Singer, Richard D. Ryder, no sé, como esos señores blancos, heterosexuales, europeos o estadounidenses, que encajan mucho en ese humano y ideal del humanismo y empiezan a teorizar e incluso a hacer unas analogías complejas y muy cuestionables que en este momento se están rebatiendo mucho desde el antiespecismo decolonial, por decirlo de alguna manera. Y esas analogías por ejemplo, que empiezan a hacer unas comparaciones como que el especismo puede significar lo mismo que el holocausto o que la escalvitud y llega el antiespecismo decolonial a cuestionar esto que es un discurso que ha imperado muchísimo y que sigue como estando en boga. Entonces, sí que coincido con ustedes que en Latinoamérica, lo veo especialmente en Argentina, hay unos esfuerzos muy grandes desde el activismo, desde la academia para hablar de antiespecismo, para hacer unas alianzas con otros movimiento como el transfeminismo, el anticapacitismo y sí creo que aquí hay grandes pensadoras que están, como dirían ustedes, dándole caña. 



-Tanto el antiespecismo como el transfeminismo son movimiento sociales emergentes, que como cualquier movimiento social de cambio, surge en las calles, en la protesta y pasa a la academia ¿Es importante esto para el movimiento antiespecista? (aunque quizás podríamos decir que  el antiespecismo no es tan emergente pero sí que es un movimiento incómodo, al que cuesta adherirse incluso a aquellas personas que están implicadas en los diversos movimientos sociales)


-Valentina Trujillo Rendón: Yo sí entiendo el movimiento social desde el feminismo y he estado ahí, pero no he estado dentro de un movimiento social antiespecista, quizás porque no me he sentido segura dentro de ese movimiento y no me he sentido parte de, ya que es complejo a veces estar dentro de esos espacios tan masculinizados. Yo realmente llego al antiespecismo directamente desde la academia. Si bien entiendo la importancia que tienen ambas, tanto que el transfeminismo como el antiespecismo estén también en la calle, estén haciendo sus acciones directas desde el movimiento social, yo realmente no he estado allí y no hago parte de ese activismo. Aunque siempre me parecerán muy valiosas las personas que están poniendo el cuerpo, poniendo sus luchas: en vigilias, liberando animales de laboratorios, yendo a los mataderos, cuestionando un montón de violencias. Aquí en Colombia es difícil porque estamos en un contexto bien complejo de violencias. Si bien ha habido un proceso de paz, digamos que todo el tema de una industria ganadera, una industria más especista pues está atravesado por un conflicto armado bastante fuerte, por grupos armados paramilitares, entonces hacer unas acciones directas contra ese gremio es arriesgar mucho la vida, entonces yo realmente no lo he hecho, no es mi lugar poner el cuerpo en la calle y en esos espacios y quienes lo hacen tienen mi admiración profunda y un valor increíble porque evidentemente la acción directa realmente está salvando las vidas ahí. Mi acción directa es no comerme esos animales y nada que venga de origen animal, yo sé que se queda corto y sé que hay muchas otras acciones y activismos que se pueden hacer. Digamos que yo he estado más en la calle con el feminismo y poniendo el cuerpo: en manifestaciones, en plantones, digamos que con el antiespecismo no he estado ahí, entonces también me parece difícil hablarlo desde un lugar en el que yo no he estado.


Para el transfeminismo yo creo que es fundamental esa entrada a la academia. Creo que el transfeminismo tal y como yo lo he entendido y todo este proceso de convertirse en un movimiento político, en un movimiento social, un movimiento teórico es fundamental y para mí le ha dado una fuerza impresionante a los estudios, a la bibliografía, a la academia a pensarse desde otros lugares de enunciación más allá de un sujeto político de ser mujer e incorporar el antiespecismo a todo esto es ampliar ese espectro, de ese lugar de enunciación. No solo soy humano, también hago parte de esta especie animal, de este reino animal y creo que es importante como ese tinte de ampliar ese panorama que le da el antiespecismo al transfeminismo.


Perra eres mía, 2018-2019 (Performance realizada por Analú Laferal y Valentina Trujillo desde Eunuca en el 
Museo de Antioquia y en el bar (y fuera de) The Gallery at Divas en el centro de la ciudad de Medellín). 


-¿Cómo se percibe desde la academia que de repente haya personas que están hablando de estos temas de antiespecismo y de transfeminismo?


-Valentina Trujillo Rendón: Es difícil, una está en una burbuja y piensa que este es el tema que todo el mundo habla, porque claro una se lee con las mismas. Yo estoy pendiente cada vez sale un número de la Revista de Estudios Críticos Animales, estoy pendiente de los grupos de estudios, que se está pensando aquí y allá sobre el tema. Pero cuando me salgo de esa burbuja veo que realmente eso no le interesa a nadie, realmente es un porcentaje mínimo de las personas que están interesadas académicamente en esta conversación. Al feminismo no le interesa repensar también que hay unas opresiones que están ejerciendo estas personas hacia otros seres. Incluso al feminismo no le interesa pensarse desde el transfeminismo. El transfeminismo no le interesa pensarse muchas veces desde el antiespecismo y es complejo. Y viceversa.  Pasa igual desde la academia con el antiespecismo, cuando hay alguna ponencia antiespecista y una llega y dice y bueno qué están pensando del papel de estos otros cuerpos o porque se sigue hablando con estas analogías, y cuestionar esto incomoda mucho en ambos lados y la academia es hermética y solo para la academia hay ciertos temas específicos de los qué conversar y si una no es la que crea los espacios de conversación esos espacios no existen y se va a seguir hablando de ecología quizás, pero de antiespecismo no.


-En este momento, ¿Cómo ves el panorama transfeminista antiespecista a nivel América Latina y Estado Español? ¿Crees que hay más gente implicada en la causa antiespecista transfeminista?


-Valentina Trujillo Rendón: Voy a ser super sincera y es que yo hago este TFM en el Estado Español en el 2017 y ahí pierdo todo contacto, ya que me regreso a Colombia y estoy trabajando en Colombia y mi nueva investigación está acá en Colombia. Vuelvo a tener contacto con el estado Español, con este número antiespecista de Parole que fue increíble y que está siempre presente en todas mis referencias porque hay unas personas impresionantes que escribieron allí y eso fue en el 2019. Lo último que vi fue este encuentro internacional feminista que pasó hace nada que hubo una mesa de crisis ambiental y vi que estaba Catia Faria y Yayo Herrero y dije, la voy a escuchar, y que bueno que estuvieran ellas dos porque realmente ellas son esas personas junto a Alicia Puleo que también es de España que hablan del tema, más allá de un ecofeminismo, hablan también de la cuestión animal. Del resto no sé mucho del Estado Español y acá en América Latina pues nuevamente Argentina, que está dándola toda. Argentina con estas personas como Anahí Gabriela González, María Belén Ballardo, Martina Davidson que es de Brasil. Todos los esfuerzos que hacen con su revista, con sus cursos, seminarios, no la dejan caer, siempre están actualizando, cuestionando, indicando un montón de temas que son super importantes desde el transfeminismo, anticapacitismo, el antirracismo y van como dándole un sentido y una necesidad de hablar de esto en conjunto y no por separado. 


Y ya como en mi contexto más local pues es difícil más allá de mi círculo cercano con Analú Laferal, que estoy en contacto todo el tiempo y hacemos ahí como un aguante también entre nosotras y algunas otras personas que están pensándose el tema o con una lucha más desde lo personal. Pero más allá de eso, como de esas acciones micropolíticas no evidencio un activismo, no evidencio un trabajo académico. También puede ser ignorancia mía, no quiero decir que no exista, solo que yo no lo localizo.


Creo, que si ya hay reparos para hablar del transfeminismo, ahora desde el transfeminismo hablar de antiespecismo es complicado. Y es que a la gente le parece más fácil hablarse como una persona oprimida, como un sujeto oprimido y no como un sujeto opresor. Y muchas veces una ya lo sabe y recuerdo mucho esa entrevista en ese Parole de Queer antiespecista, la entrevista que le hicieron a Jesusa Rodríguez que dice algo así como que cuando una no sabe lo que está pasando y lo hace, todavía no tiene la conciencia de que está mal y lo sigue haciendo pues se entiende, pero cuando una ya tiene la conciencia de que está mal y lo sigue haciendo es como, ¿en serio?, todavía eres capaz de seguir haciéndolo con todo el conocimiento, con toda la información y con todas las posibilidades y con muchos privilegios que una puede tener viviendo de ciertas maneras, pues en espacios urbanos, con un nivel de estudios, con una cocina para preparar tus propios alimentos y todavía sigues ejerciendo esas opresiones. Ahí es cuando empiezo a cuestionar pero ¿por qué?, ¿qué pasa acá?, ¿por qué se sigue quedando una en el lugar de la víctima…? porque puede ser más cómodo desde ese lugar de enunciación.


Flyer de convocatoria para hacer el primer bloque antiespecista en el 8M en Medellín en el 2020. Ilustración por Laura Ramos - Ratttus 

-Hay una pregunta que haces a todes les entrevistades en tu trabajo y es ¿Qué llegó antes a tu vida el feminismo o el antiespecismo?. Y hoy te la hacemos a ti.


-Valentina Trujillo Rendón: Yo creo que definitivamente el feminismo llegó primero. Quizá porque reconocí desde muy pequeña que estaba en un cuerpo que no era igual que el cuerpo de mi hermano y que con base en eso estaba teniendo una serie de desventajas incluso dentro de mi familia o incluso en el colegio o en un espacio social público. Al entender que era una mujer, una niña, me dí cuenta que había cosas que no estaban como muy iguales. No es por eso que me haya hecho feminista, no es por eso tampoco que desde niña me nombre como feminista pero creo que entender y reconocer que hay ciertas desigualdades, ya te hace poner la atención más sobre eso. Yo no soy un animal oprimido por ser animal, como otras especies, pero si soy una mujer que ha sido oprimida y que ha sufrido una serie de violencias solo por el hecho de ser mujer. Es cuando empiezo a crecer que empiezo a entender cosas, como que no me quiero casar con un hombre, no quiero depender de nadie, no quiero que nadie me mande. Yo veía que los hombres eran una figura autoritaria con respecto a las mujeres y ya cuando entro a la universidad empiezo a entender que todas las mujeres que están incómodas desde ese lugar que les asigna la sociedad tienen un nombre y es feministas y creo que quiero ser eso y me quiero enfocar desde ahí. Y en la universidad, mi tema de investigación tiene que ver con el feminismo. Luego empiezo el máster y se cruza el transfeminismo. En el 2014 llega el veganismo a mi vida, aunque anteriormente había llegado el vegetarianismo. Pero el cruce llega luego, eran cosas que estaban completamente separadas. El pensarse en colectivo da la posibilidad de hacer las cosas más grandes y entender que una no está en una demencia sola, pensándose cosas que no son, sino saber que hay alguien más pensando sobre esto, que tiene unas posturas similares y creo que ese encuentro con Analú, hizo que hubiera unas reflexiones profundas sobre esa relación entre el veganismo y el feminismo y cómo esto no estaba tan lejano entre sí. Entonces sí. Definitivamente primero llega el feminismo y luego el antiespecismo.


Podéis ver la entrevista completa en el Canal Youtube de Parole de Queer